El guardameta mexicano asegura que los entrenadores temían ser acusados de favoritismo por destacar al 'hijo de Andrés Fassi'
MÉXICO -- Con más de 10 años en el futbol y con pasaporte comunitario para buscar jugar en Europa en 2022, el portero Sebastián Fassi señala que durante su carrera se ha topado con cuerpos técnicos faltos de personalidad que no se han atrevido a darle la oportunidad por las críticas que podían recibir.
“Por ahí yo tenía las mismas o más capacidades que otros arqueros y el cuerpo técnico por una cuestión de jerarquía y de demostrar una personalidad ante el grupo o la opinión pública, se inclinaba por otro porque ‘no vayan a decir que pongo al hijo de Andrés Fassi’; porque ‘si pongo a Fassi me van a decir que ya me están pagando, que el favoritismo y más cosas”, declara Sebastián Fassi a ESPN Digital.
Sebastián Fassi comenta que ha sido muy difícil lidiar con todo eso, porque “necesitas encontrarte un cuerpo técnico que tenga esa personalidad que le permita decir ‘yo lo pongo porque es un gran jugador y no por su apellido, porque se lo merece y porque conozco pocos jugadores que le dediquen el tiempo y el profesionalismo que yo le dedico a esta profesión”.
El guardameta del Tlaxcala FC, de la Liga Expansión, quien tiene mucha hambre de triunfar en Europa, habla sin rodeos sobre lo difícil que es tener un apellido que prácticamente le cierra las puertas en clubes mexicanos, sin reparar en si tiene o no calidad.
Asegura Sebastián Fassi que “muchísimo ha influido” el ser el hijo der Andrés Fassi para que no haya dado tantos pasos hacia adelante en su carrera, “al contrario de lo que mucha gente ignorante habla y acusa de nepotismo, de favoritismo, y ha sido todo lo contrario”.
Cuenta que desde sus inicios en Pachuca, cuando visores de Selecciones Nacionales de México iban a los entrenamientos de categorías inferiores y le comentaban a técnicos que lo verían, luego que regresaban ya le habían quitado la titularidad y enviado a la banca.
“ME JUZGAN 10 VECES MÁS QUE A OTROS”
“A mí no me juzgan como un jugador normal. A mí me juzgan 10 veces más que a cualquier otro jugador por ser hijo de Andrés Fassi. Yo hago las cosas bien y no pasa nada, pero hago las cosas mal y se me juzga 10 veces más y porque ‘¡ah!, es el hijo de Fassi y por eso está ahí’. El claro ejemplo de que no es así es que mi papá, siendo dueño del Pachuca, nunca pude jugar en Pachuca. Otro claro ejemplo es que tuve que debutar en Necaxa (hace un año), que me tuve que ir a Costa Rica, a Ecuador, a Zacatecas; que tuve un breve paso en León por temas de pandemia y ahora estoy en Tlaxcala”, agrega Sebastián Fassi, quien nació en Ciudad de México hace 28 años.
“Si hubiera favoritismo, créeme que yo estaría en mi casa, en Pachuca, y no hubiera picado piedra como lo he hecho” y revela que “es un sueño frustrado, un sueño que nunca se me pudo dar, lamentablemente. No tuve el mismo trato que cualquier otro chico. Mi carrera ha sido 10 veces más difícil por ser Fassi, que si yo hubiera sido Pérez o de cualquier otro apellido. MI carrera ha sido mucho más difícil que otras”.
Inclusive, dice que en Talleres de Córdoba, cuyo presidente es Andrés Fassi, alguna vez entrenadores o quisieron llevar, pero su papá no lo permitió. “No pude jugar allá porque hay muchísima presión mediática, muchas situaciones que no me lo permiten. Mi papá ha tenido que decir que ‘no, porque es mi hijo, porque soy el presidente”.
Pese a todo, Sebastián Fassi no pierde la ilusión de algún día triunfar como futbolista y en este momento busca aprovechar que la semana pasada obtuvo su pasaporte comunitario en Italia para buscar una oportunidad en Europa. Sus representantes ya le buscan acomodo en un club de Portugal, España, Italia, Alemania o Bélgica. Tiene contrato por seis meses más con Tlaxcala FC, pero ya le dijo a la directiva que su pretensión es emigrar en año nuevo.
“A la larga, el futbol y la vida ponen a la gente en su lugar. Sé que me falta muchísimo por crecer. Y que no le sorprenda a nadie el día que juegue en Europa y esté peleando un puesto titular en una Selección, en un Mundial. Quiero jugar aunque sea en una Segunda División de Europa que te de un piquito más de lo que pueda tener acá”.