LOS ÁNGELES -- De nuevo se ven las caras en un viejo escenario, pero totalmente nuevo para ambos entrenadores. Este sábado se enfrentan Rayados y Tigres. Monterrey, o Nuevo León, en general, se aposta y apuesta para una Guerra Civil.

1.- Ricardo Ferretti dirigirá por última vez en este Clásico Regiomontano.

2.- Javier Aguirre dirigirá por primera vez en este tipo de zafarranchos.

Un par de aderezos indudablemente sabrosos. Pero, obviamente, hay otros ingredientes que enriquecen el momento. De todo tipo. Pasionales, deportivos, competitivos.

1.- Especialmente porque los jugadores de Tigres, que confiesan una gran lealtad al Tuca, querrán entregarle una ofrenda para su retiro.

2.- Por otro lado, Javier Aguirre está en deuda. Bailó Payaso de Rodeo en la boda de su hijo Mikel, y dejó bailando a Monterrey en tres juegos, al ser confinado por el reglamento sanitario. Y dos de esos partidos, ante debiluchos como Chivas y Pachuca, terminaron en derrotas.

En una guerra intestina, no sólo por apoderarse de la plaza, de la ciudad, del estadio neolonés, por otro lado, los dos equipos pujan y pugnan por ser tomados en cuenta dentro de esa esfera ficticia, mediática y casi empalagosamente cansina, donde supuestamente habitan los grandes del futbol mexicano.

¿Llegará el momento en que Rayados y Tigres sean invitados a esa apócrifa ciudadela de la gloria donde habitan los más populares: Chivas, América, Cruz Azul y Pumas? Posiblemente nunca.

Recientemente, ambos equipos han sido protagonistas del futbol mexicano. Con Víctor Manuel Vucetich, el equipo Monterrey consiguió dos Ligas (Apertura 2009 y Apertura 2010), tres Concachampions y un InterLiga. Además, en 2019, tras una magnífica representación en el Mundial de Clubes, se coronó campeón del Apertura 2019.

Tigres fue considerado el equipo más destacado de la década anterior en el futbol mexicano. Ricardo Ferretti comenzó la historia. Después de 29 años y medio de ayuno felino, las vitrinas del equipo, recobraron vida. Con el Tuca, los de Zuazua ganaron cinco Ligas, una Copa Mx, una Concachampions y tres Campeón de Campeones.

Con ese impulso entre 2011 y hasta en 2020 con la Concachampions y el subcampeonato en el Mundial de Clubes, Tigres siente estar más cerca de merecer arrimar una silla a una mesa privilegiada en la que despachan Chivas y América, con Cruz Azul y sus 23 años sin título, y con unos Pumas de paso inconsistente.

Uno de los referentes en la historia de Tigres, Claudio El Diablo Núñez, ofrece argumentos para que se enaltezca a los felinos en el círculo exclusivo.

“Tigres es un equipo protagonista que siempre está en liguillas, está en finales, que ha conseguido campeonatos y lo que hizo ahora en el Mundial de Clubes. Para mí con esto Tigres es un equipo grande (en el futbol mexicano), y me gustaría que lo empezaran a decir, que se olvidaran a lo mejor tantito de los cuatro que normalmente dicen, que yo sé que eso no va a cambiar. Sin embargo, creo que con esto que está haciendo Tigres podrían meterlo también ahora como un equipo grande”, dijo Núñez a ESPN.

La afición a Tigres y los mismos medios de comunicación regiomontanos, en los buenos momentos de los felinos, reviven cíclicamente la presunta candidatura del equipo a estar en ña mesa de honor.

A final de cuentas es sólo una percepción mediática. Porque entre los cuatro grandes aparece Cruz Azul, con sólo ocho títulos de Liga, mismos que tiene el León, pero Toluca totaliza diez, y en verdad a los Diablos Rojos no les quita el sueño ser invitados a esa kermés intrascendente.

Pumas está entre los cuatro supuestamente grandes con siete títulos, los mismos de Tigres, mientras que Monterrey aparece con cinco, uno menos que Pachuca y Santos Laguna.

La supuesta grandeza de los cuatro, Chivas, América, Cruz Azul y Pumas, obedece a otros factores, a los que, definitivamente no tienen acceso Tigres y Monterrey hasta el momento. De entrada la trascendencia en afición rebasa las fronteras, con grandes núcleos de seguidores en Estados Unidos.

Más allá del impacto histórico de Guadalajara y El Nido, han sido además grandes proveedores de selecciones nacionales, como lo ha sido la UNAM y sin duda el Atlas, aunque éste no ha ganado un título desde hace 70 años.

Por otro lado, si bien Tigres ha puesto empeño en protagonizar finales con América, es en otro rubro, donde al igual que Rayados ha marcado mayor trascendencia incluso que los cuatro grandes: la Copa Mundial de Clubes, competencia en la que han establecido referencias puntuales.

1.- Monterrey enfrentó en las semifinales de la edición 2019 al Liverpool. Y Rayados mantuvo una espectacular confrontación con el equipo inglés, borrando de la cancha, por momentos, los abismos en cuanto a inversión y calidad de los jugadores en el plantel.

2.- Tigres se convirtió en el primer equipo mexicano, y obviamente de la Concacaf, en llegar a una final del Mundial de Clubes, tras eliminar en la ruta al Palmeiras de Brasil, campeón de la Copa Libertadores de América. Sin embargo, la percepción general es que ante el Bayern Múnich jugó atemorizado los 90 minutos. Cierto, el gol de la victoria teutona, marcado por Benjamín Pavard al ’59, se ve precedido y percudido por una mano previa de Robert Lewnadowski.

Así, mientras el reducto de esa ficticia grandeza permanecerá cerrado con doble candado para Tigres y Rayados, ciertamente estos pueden paladear ese par de momentos que los colocan en un escenario de trascendencia internacional que rebasa a los cuatro inquilinos furtivos, en ese espejismo de la supuesta grandeza.