Rodolfo Pizarro se une a una lista que cualquier seguidor de Chivas quisiera olvidar, por ello no es novedad la escena de llanto que una niña le hizo tras su transferencia a Monterrey partir del Apertura 2018.
El volante llegó al equipo hace un año y medio y de inmediato se ganó el cariño de la gente. Sus goles, su talento y simpatía le convirtieron en poco tiempo en un ídolo sus 24 años.
Este martes, el mediocampista firmó autógrafos en Guadalajara y entre los aficionados apareció una niña que no pudo evitar llorarle porque ya no jugará más con el chiverío.
Tiempo atrás, Oswaldo Sánchez causó un sentimiento similar cuando cambió de camiseta. La afición no le perdonó que hubiera preferido defender el marco de Santos Laguna.
En los años 90, Ramón Ramírez había sido el causante que se rompiera el corazón de la gente en contra de su propia voluntad cuando decidieron transferirlo a Coapa con su acérrimo rival. Fue recriminado por poner su talento al servicio de las Águilas, cuando dos años antes había festejado hasta las lágrimas un título de liga.
Una década después la historia se repetía, pero ahora con Adolfo Bautista. Por su futbol, por su entrega en la cancha y su peculiar imagen, ‘Bofo’ se había hecho querer. Por ello fue muy difícil para la gente verlo enfundarse en la playera de Jaguares. La afición se inconformó con la directiva por llevarse a un ídolo que nunca olvidó y dos años después estaba de regreso en Verde Valle.
En 2009 se dio una experiencia más de amor y odio, por la salida del club de Ramón Morales. Durante 10 años el jugador dio todo por los colores; cuando se acercaba su retiro del futbol y los seguidores esperaban que el adiós lo hiciera jugando con Chivas, la directiva se negó a que continuara pese a tener contrato vigente. Su etapa en el chiverío terminó y se vio orillado a terminar su carrera con Tecos un año después.