COLUMNA ‘EL PULSO’
CIUDAD DE MÉXICO -- El presente de Oribe Peralta dista mucho de ser 'hermoso'. El delantero del América y de la Selección Mexicana cerró el torneo con su peor registro goleador en casi una década.
Solo tres goles en el Clausura 2018 y 15 partidos sin marcar condenan al atacante, ya de por sí cuestionado por su veteranía (34 años) de cara al Mundial de Rusia.
Es una realidad que Oribe está acostumbrado a la excelencia y las estadísticas reflejan que por ahora está alejado de la misma, en un momento crucial de su carrera deportiva.
Sin embargo, ¿se puede hablar del desplome de Peralta? o peor aún, ¿cuestionar su inminente convocatoria a la Selección Nacional? Las respuestas pueden variar de acuerdo con gustos y percepciones, pero es un hecho que el originario de La Partida, Torreón, es más que un goleador.
La semana pasada en redes sociales el exfutbolista y ahora analista deportivo Luis García, refería que Peralta invierte demasiado sacrificio y esfuerzo en la recuperación del balón, en lugar de priorizar su función de cara al gol, lo que habla de su vergüenza deportiva, pero también de una mala elección.
Al capitán del América se le puede cuestionar su escasa puntería de unas semanas a la fecha, pero nunca la entrega y sacrificio que pone al servicio del equipo, además de que se trata de un delantero que hace jugar a los demás, no es dependiente, se involucra en la generación y no para de luchar e incomodar a la defensa rival.
No son pocas las voces que se han pronunciado en contra de Oribe Peralta, no sólo en cuanto a su continuidad en el América, si no también por su presencia en la Copa del Mundo.
Tiene llamado al 'paredón de fusilamiento' por "ineficaz", sin reparar en que Oribe es más, mucho más que un goleador, y un futbolista de sus condiciones bien vale un Mundial.