Hace poco más de dos años (a principios de 2016) Eduardo de la Torre fue anunciado como director deportivo de Cruz Azul. La intención de la directiva era que el Yayo estabilizara al equipo, que en ese momento llevaba tres torneos seguidos sin calificar y emulara su primera etapa (de 2007 a 2009) en la que La Máquina llegó a dos finales consecutivas.
Sin embargo, el proyecto de De la Torre no ha cumplido con las expectativas, ha quedado muy corto y para nada se acerca a lo que se consiguió hace una década; es más, ahora son muchos los rumores que señalan que después de que concluya este torneo –en el que Cruz Azul se quedará de nueva cuenta sin Liguilla– el Yayo dejará su puesto.
Los números son los que condenan al proyecto de Eduardo de la Torre. Si bien es cierto que llegó en las primeras semanas del Clausura 2016, este torneo no se le puede atribuir pues él no hizo la planeación del equipo; sin embargo, desde el Apertura de ese año en adelante él ha sido la cabeza del proyecto deportivo.
En estos dos años los resultados son muy escuetos, por no decir malos: una Liguilla en cuatro torneos, con tres entrenadores diferentes.
Cuando Eduardo llegó, el equipo era dirigido por Tomás Boy, quien pese a fracasar en el Clausura 2016, recibió el respaldo para el Apertura, en el que de nueva cuenta fue superado por los malos resultados lo que precipitó su renuncia al equipo. Para finalizar ese torneo se quedó Joaquín Moreno.
De cara al Clausura 2017, Eduardo de la Torre se dio a la tarea de encontrar al nuevo estratega, para lo cual se entrevistó con varios técnicos y al final quedó en una terna. Su primera opción era Pedro Caixinha, pero el compromiso que éste tenía en Qatar imposibilitó su llegada; por tal motivo apostó por Paco Jémez, alguien que no conocía el medio mexicano y solo quería venir por un año.
Pese a esa condicionante, se la contrató y aunque tuvo un primer torneo malo, en el segundo logró calificar al equipo luego de seis torneos que no lo hacía, aunque su participación en la Liguilla fue efímera y sin pena ni gloria.
El relevo de Jémez fue Pedro Caixinha, quien no logró tener estabilidad en la primera mitad del campeonato y ahora, a cuatro fechas de que termine el Clausura 2018, está virtualmente eliminado.
En estos momentos, la plantilla de Cruz Azul tiene 15 elementos que fueron contratados por Eduardo de la Torre; es decir, casi del 70 por ciento han llegado en esta gestión deportiva. Solo Jesús Corona, Gerardo Flores, Rafael Baca, así como los canteranos Julio César Domínguez, Guillermo Allison, Víctor Zúñiga y Rosario Cota, no fueron elementos que hayan llegado con el Yayo.
Sí, la mayoría de los refuerzos llegó con un buen cartel, con títulos en sus respectivas Ligas, pero no han logrado trasladar eso a Cruz Azul. Muchos han sido señalados y es posible que la base que construyó De la Torre en estos dos años se desintegre si se da su salida del club.
4 ERRORES DEL YAYO
1) UNA CONTINUIDAD ROTA
Fue hasta el Clausura 2017 que Eduardo de la Torre pudo elegir al entrenador de Cruz Azul, pues llegó cuando Boy estaba en el timón. Su elección fue la de Paco Jémez, que aunque le costó mucho su primer torneo, en el segundo logró la anhelada Liguilla; sin embargo, el directivo sabía de antemano que Jémez solo estaría un año en México, que difícilmente renovaría, por lo que se arriesgó a tener un proceso inconcluso, algo que finalmente sucedió con Caixinha, quien no pudo o no quiso darle seguimiento a las bases que dejó el español.
2) INVERSIÓN INFRUCTUOSA
Con Eduardo de la Torre al frente se ha hecho una fuerte inversión económica en refuerzos. Hoy la base de Cruz Azul son los jugadores que trajo el directivo para renovarlo. Los fichajes más caros han sido los de Édgar Méndez (5 millones de euros), Walter Montoya (5 millones de euros), Martín Cauteruccio (5 millones de dólares), Felipe Mora (4 millones de dólares) y Martín Rodríguez (3 millones de dólares) por mencionar algunos. Sí, muchos llegaron con buen cartel, pero no han rendido, tal es el caso de Caute que solo lleva tres goles en tres torneos de Liga.
3) CEDIÓ EN ALGUNOS FICHAJES
Y así como Cruz Azul ha invertido en elementos que en el papel pintaban muy bien, también hizo algunas apuestas muy arriesgadas para cumplir el deseo de alguno de sus entrenadores. Los casos más claros son las del argentino Alejandro Faurlín, quien prácticamente no jugó el semestre pasado, pese a que el propio Paco Jémez recomendó su incorporación. Ahora, Pedro Caixinha abogó para que la directiva hiciera el esfuerzo de traer de regreso a Carlos Peña del Rangers de Escocia y la historia ha sido decepcionante, pues el Gullit está muy lejos de su mejor versión.
4) NULO TRABAJO DE FUERZAS BÁSICAS
Una de las claves del éxito que tuvo Eduardo de la Torre hace una década con Cruz Azul fue que se topó con una gran camada de canteranos que muy pronto reforzaron al primer equipo. Jugadores como el Cata Domínguez, Édgar Andrade, César Villaluz, Javier Orozco, Alejandro Castro, entre otros, se convirtieron en la base de la plantilla que llegó a dos finales seguidas; ahora, La Máquina no ha podido debutar ni un solo canterano en esta etapa. Jémez se fue sin darle la oportunidad a nadie y Caixinha tampoco lo ha hecho hasta el momento.