Como Julio César, el delantero sueco Zlatan Ibrahimovic llegó, vio y venció con dos goles en la victoria 4-3 de los suyos ante su vecino LA FC su debut con Los Angeles Galaxy.
Arrancó el encuentro en el banco, su equipo llegó a perder 0-3 pero, en apenas 20 minutos, cambió el ánimo de miles de personas y el destino de los suyos.
Ibrahimovic demostró que, a sus 36 años, sus botines aún destilan fútbol.
Todas las miradas estaban puestas en su estreno en la MLS en el derbi angelino ante el LA FC pero el que empezó copando los focos fue el mexicano Carlos Vela.
Siempre bien acompañado por el uruguayo Diego Rossi y el costarricense Marco Ureña, Vela no tardó en dejar su impronta en el choque: a los cinco minutos controló en la frontal del área, se perfiló y dibujó una parábola perfecta que se coló en el ángulo derecho del arco.
Las cámaras se centraban en Ibrahimovic, cabizbajo en el banco, mientras las portadas las copaba de nuevo Vela a los 26.
El mexicano aprovechó una gran jugada de Ureña por la derecha, que asistió a Rossi y éste encontró a Vela libre de marca dentro del área. Con la frialdad de las estrellas, el azteca controló, maniobró y, con la derecha, puso el balón fuera del alcance del arquero y los defensores.
Ni media hora de partido y los de Sigi Schmid ya habían encajado dos goles. Ni media hora de partido le había bastado a Vela para afirmar que, aunque todos miraban a 'Ibra', la verdadera figura del juego era él.
Entra 'Ibra', cambia el juego
Tras el descanso, nada cambió. En el 48, Ureña cabalgó, pasó el balón hacia atrás y Steres anotó el 3-0 para el LA FC en su propio arco.
El choque parecía acabado. La desventaja, irrecuperable. Pero las leyendas lo son por algo. S ebastian Lletget descontó en el 61 y, diez minutos después, Ibrahimovic saltó al campo para delirio de los aficionados.
Con él sobre el gramado, cambió la historia. El sueco inició la acción del 2-3, obra de Chris Pontius y, poco después, firmó la jugada del encuentro: vio al arquero adelantado y con una volea desde 35 metros puso el 3-3.
El estadio se vino abajo. Su nuevo ídolo lo celebró con rabia, sin camiseta, luciendo decenas de tatuajes.
Quedaba tiempo para más. Así, en el tiempo de descuento, 'Ibra' dejó el final feliz que esperaban los espectadores con un gol de cabeza para el 4-3 definitivo.
Ya era oficial: la Galaxia angelina tiene una nueva estrella. Hollywood, un nuevo protagonista.