La llegada de Matías Almeyda en 2015 al banquillo de las Chivas de Guadalajara fue más que atinada, sin importar lo que dicte la realidad actual. Fue en el Apertura de dicho año que el argentino tomó las riendas de un equipo que se había olvidado de jugar con la cinco y que se aferraba con las pezuñas para no descender.
Un giro poco creíble en la trama a la que Almeyda se sumaba como supuesto salvador le dio su primer trofeo con el Rebaño Sagrado el mismo año de su llegada. El argentino dio un golpe de autoridad y esparanza tras vencer al León en su estadio y alzar la Copa MX del Apertura 2015.
El trabajo con el balón mejoró, al igual que los ánimos de fanáticos y todos aquellos que aseguraban que un equipo grande del fútbol mexicano y, quizás el que presume más historia, no podía permanecer en el fondo de la general. Almeyda no sólo rescató el funcionamiento del equipo, sino también el orgullo y la tradición de los Rojiblancos.
El 2016 le tenía reservado otro trofeo al agentino, quien se coronó en la Supercopa MX 2015-2016 tras derrotar 2-0 a Veracruz. Almeyda confirmaba lo que muchos creían había sido un golpe de suerte meses antes.
Sin embargo,
el 'Pelado' tenía reservado un par de alegrías más para la afición en el Clausura 2017; doblete por el cual se hizo del profundo amor de su afición y el prestigio de la Liga MX.
Las Chivas de Almeyda de adueñaron una vez más de la Copa MX y de la Liga, sueño que no vivían desde el lejano Apertura 2006, cuando se coronaron ante Toluca.
El Clausura 2018 es otra historia. En 13 jornadas, el 'Pelado' sólo ha podido sumar 12 puntos de 39 posibles, y se encuentra a tres lugares del fondo de la tabla. La llegada de Francisco Gabriel de Anda como director deportivo de Chivas, a quien Almeyda parece saludar por mero protocolo, podría ser el clavo final en el ataúd del entrenador.
Sin embargo, ¿acaso no, bajo circunstancias similares, Matías Almeyda fue presentado hace tres años? ¿No es suficiente lo que ha logrado con Chivas para darle el beneficio de la duda en el futuro cercano?
El Clausura 2018 está casi concluido para el Rebaño, pero
pensar que la solución yace en suplir a Almeyda del banquillo después de un mal momento es descabellado. Con la baraja de jugadores a su disposición debería considerarse un mérito más que cualquier cosa.