La esencia histórica de Pumas tiene como mayor rasgo la entrega, la velocidad en desdobles ofensivos y la rápida atingencia de labores en defensa: pundonor absoluto. Estos valores le brindaron identidad al equipo durante sus mejores años y son parte del discurso de introducción para cualquier joven que aspira con vestir la camiseta felina. En la actualidad, David Patiño ha tratado en reiteradas ocasiones ante los medios de comunicación, de asegurar que estas premisas están presentes en su escuadrón, aunque los resultados no lo reflejen al cien por ciento. Aunque Marcelo Díaz sí cumple con esta demanda y para ello, un dato: es el jugador que más distancia ha recorrido hasta el momento en todo el balompié nacional.
En su segundo semestre en México, el contención chileno parece haber adquirido un mejor ritmo futbolístico y esto lo reiteran sus números. En 12 apariciones en el Clausura 2018, también le acompañan 128 kilómetros cubiertos, promediando más de 10 por encuentro (10.6). La estadística sobresale al tratarse de un jugador que se desempeña como volante de contención, que en teoría, no tendría manera de recorrer tantos metros, pero así es. Universidad Nacional, un conjunto acostumbrado a ser contragolpeado por el esquema de Patiño (4-2-3-1), permite que los rivales lleguen a línea de fondo y encaren a sus defensores, pero es ahí donde aparece Díaz, tratando de recubrir zonas al por mayor.
Y por si fuera poco, Marcelo es el jugador que mejor efectividad promedia cada que toca la pelota, con un 83.8 por ciento. El sinónimo de Díaz es claridad en su desempeño. El chileno ha completado 501 trazos en sus números, errando únicamente 97 de los mismo. No obstante, el contención encuentra tiempo para desprenderse de esta línea y disparar. De hecho, el andino es el encargado de ejecutar los tiros libres, donde ya marcó en este torneo y hasta los cobros de esquina. Es el futbolista total en Pumas, hasta en tiempos difíciles, cuando nadie quiere comparecer ante los medios por los adversos resultados, ahí también se hace presente el Chelo.
Luego del empate ante Cruz Azul, en la zona mixta de Pumas, nadie aceptaba los cuestionamientos de la prensa, excepto Marcelo, que detuvo el paso y aseguró: "Emocionalmente este resultado nos deja muy bien parados, necesitábamos sumar, corrimos como desquiciados, siendo fieles a nuestra esencia, apegándonos a la manera que sabemos jugar y con la que hay que ganar. Este tiene que ser el punto de inflexión que necesitamos y luego meternos en los puestos de Liguilla. Esta es la manera en la que mejor podemos defendernos a nosotros mismo, a nuestro entrenador y de representar a nuestra afición", comentó ante los micrófonos.
Sobre el presente y futuro inmediato de Universidad Nacional, Marcelo Díaz también expresó su punto de vista, en el que alcanzó a precisar que todas las opciones de ingresar a la fiesta grande, para pelear por el campeonato de Liga: "Sabemos que esto sigue dependiendo de nosotros, de lo que hagamos y sumemos. Llegamos a este parón con muchas posibilidades de estar en Liguilla y la pausa nos va a servir para trabajar, para reencontrarnos con nuestro futbol ofensivo, con todos los argumentos que nos dieron un lugar de privilegio al inicio del certamen, pero al regreso del torneo se nos acaba el margen, urge que ganemos de nuevo".
UN DRAMA PERSONAL
La vida da muchísimas vueltas. Para Marcelo Díaz, fue un sucedo devastador lo que terminó por confirmar cuál era su destino a seguir. El volante de contención chileno perdió a su hermano mayor, justo cuando se encontraba en los últimos filtros de formación de Universidad de Chile, a nada de pertenecer al máximo escuadrón. La ausencia de su familiar y todo el drama personal que esto desataría le aleccionaron de dura manera. El suicidio de Gonzalo cambió drásticamente su entorno familiar, situación que apremió con el tiempo; sin embargo, Chelo siempre tuvo claro el mensaje que debía seguir al pie de la letra: trascender.
"Mi vida no era precisamente fácil cuando era más joven, pero un día todo se volvió peor. Tenía 16 años cuando mi único hermano (Gonzalo), decidió suicidarse. El efecto fue devastador. Mi hermano es el fundador de todo lo bueno y lo malo en mi vida; me provocó el dolor más grande que he tenido, insuperable... El día que se marchó, me dejó una carta, en la que me pedía cumplir mis sueños. Esas palabras me traspasaron toda la fuerza que hoy tengo y me quitaron todas las dudas. Yo soy futbolista, gracias a que decidí darle vuelta a la historia que me había tocado", dijo en un documental chileno, llamado El papel de mi vida.