“La cantaron con mucho tiempo, no les va a funcionar”, decía un fanático de Chivas a dos horas de que arrancara el juego ante Tigres.
Los Libres y Lobos anunciaron que su invasión semestral sería en Guadalajara para aprovechar el puente del 21 de marzo.
La gente de Chivas tomaron las medidas necesarias, bloquearon la venta por internet a Nuevo León, pero no contaron con dos cosas, el poder adquisitivo de los regios, ni el desapego de miles de abonados.
“Los de 180 están a 800 pesos, ¿los compramos o no?” Decían entre seguidores de los Tigres, y es que un boleto en el Volcán por lo regular cuesta 600, que en Guadalajara se los dejen en 800 no hay mucha diferencia. Los revendedores hicieron su agosto, boletos baratos vendidos al triple sin necesidad de invertir como ante el América. Negocio redondo.
La gente de Tigres no se lo pensaba a la hora de sacar la chequera, por eso había más de 10 mil amarillos en la tribuna.
Pero si no eran los revendedores, eran los abonados. Hasta dos mil pesos por un abono en la fila de ingreso al estadio. Hay ondas en las que el abono costó mil 500 por el semestre, que te paguen dos mil por un partido, significa que el abono te salió gratis y hasta con ganancia. Muchos abonados de Chivas cayeron en la tentación del dinero y soltaron sus asientos reservados.
Más de 10 mil cánticos de Tigres en la cancha de Chivas, cantaron la invasión y la cumplieron.
MC