Los ingredientes estaban en la mesa para presenciar un juego de ida y vuelta. Envalentonado por derrotar a Pumas y a mitad de semana hacer lo propio frente al Motagua en Concachampions, Tijuana llegó al Azteca para por fin revertir la estadística en contra que tiene en esta aduana (una victoria, un empate y cuatro derrotas).
Sin embargo, enfrente no tendría un sinodal fácil. El América que vuela alto y que está cada vez más cerca de la perfección también venía motivado al mantener su invicto, su liderato y tener un pie en cuartos de final de la Concachampions luego de golear al Saprissa.
En el papel se veía como uno de los duelos más atractivos; sin embargo, América empató 0-0 con Tijuana, un rival que no propuso y que se vio salvado en varias ocasiones gracias a las intervenciones de Gibran Lajud.
POCAS EMOCIONES, MUCHAS FALTAS
Tijuana puso en juego su buena racha y América la bonanza que vive producto de su liderato e invicto. Los dos echaron mano de su mejor arsenal para que lo que cada uno había puesto en la mesa tuviera cada vez más valor.
Como bien se presagiaba desde los primeros minutos fue un duelo cerrado, con oportunidades para ambos. Al 6' una llegada de Damián Musto fue el primer aviso de Xolos; el jugador disparó y el balón movió las redes por fuera del costado derecho.
Cinco minutos después, Guido Rodríguez intentó hacerle daño a Lajud con un tiro de media distancia que la defensa fronteriza desvió a la esquina; al cobro, Oribe Peralta cabeceó pero mandó el esférico por arriba del travesaño.
Conforme pasaron los minutos, América se fue haciendo de más metros en su cancha. Al 20' ni Paul Aguilar ni Emanuel Aguilera le pudieron dar dirección al tiro libre cobrado por Ibargüen y así dejaron ir una buena oportunidad de mover el electrónico. Dos minutos después, un centro de Jérémy Ménez no pudo ser concretado por Oribe.
Cuando la inercia del partido iba subiendo, todo se cayó ante las constantes faltas cometidas por ambas escuadras. América perdía el espacio ganado; Xolos no podía avanzar más allá del medio campo.
En los minutos finales, las Águilas intentaron presionar, pero al final el tiempo los consumió y no pudieron marcar diferencia.
LAJUD AHOGA EL GRITO DE GOL
Para la segunda parte, el Piojo movió sus piezas por la incomodidad que Tijuana le plantó al defender con nueve de sus hombres en cada embate azulcrema.
Herrera dio entrada a Henry Martín, sacando a Carlos Vargas con la intención de que Ibargüen y Renato Ibarra fungieran como carrileros; Ménez jugaría atrás de Martín que estaría adelante con Peralta.
La movilidad que el técnico local quería comenzó a dar frutos, con una jugada personal de Henry, quien ante la marca, filtró para Ibargüen; sin embargo, el colombiano fue bajado duramente.
La claridad comenzó a llegar aún más para el cuadro local. Al 53' Ménez, en medio de la defensa, tocó para Henry y éste a su vez para el Cepillo Peralta; el delantero disparó, pero Lajud le atajó.
América no quería seguir fallando y Herrera se fió del auténtico regreso goleador de Cecilio Domínguez, quien tomó el lugar de Ibargüen.
Así la buena inercia continuó. Al 62' Oribe lanzó para Ménez y el francés le cedió el esférico a Henry que logró penetrar la muralla fronteriza, pero Lajud salvó de nuevo a su equipo al taparle la jugada.
América era amo y señor del partido; dominaba y creaba jugadas, pero la contundencia no hacía su entrada triunfal. Al minuto 69, Renato Ibarra recuperó el balón, cedió para Ménez y el francés la dejó para Oribe quien disparó desde fuera del área, pero el balón salió apenas desviado.
Tijuana estaba disminuido. A lo lejos, Marchesín solo observaba como sus compañeros llegaban al arco fronterizo. El rival le exigió poco al arquero argentino.
El único que destacó por parte de la visita fue Lajud. El guardameta le tapó un disparo de larga distancia a William Da Silva, después le hizo lo mismo a Joe Corona.
En los minutos finales, alentado por su gente, América lo intentó con un cabezazo de Bruno Valdéz, pero el portero de Xolos fue una muralla firme que dejó a América con las ganas de golear.