El pasado martes por la tarde se reunieron en las oficinas de la Policía de la Ciudad de México los principales líderes o representantes de las distintas barras de Chivas y de América y los encargados del operativo de seguridad del estadio Azteca y sus alrededores.
La consigna del policía que llevó la voz cantante en esta reunión fue clara y sin vacilaciones. "Cero tolerancia, cero tolerancia", lo repitió viendo a los interlocutores de cada equipo.
La gente de Chivas aceptó las condiciones unilaterales de parte de la autoridad, sólo pidieron apoyo para no repetir los hechos de violencia que pasaron en la rampa cinco en noviembre pasado, precisamente en el Clásico Nacional de Copa MX donde el barrido policial se llevó a su paso, niños, mujeres, con el afán de que desocuparan pronto el estadio.
La petición de las barras de Chivas que tienen que bajar del Azteca es que les den algunos minutos para llegar a la explanada, porque en noviembre pasado hubo varios heridos por la ausencia de coordinación entre ambas partes.
Pasa que en esa zona no sólo hay barristas, sino que afición de Chivas se sienta en esas localidades y no todos pueden bajar corriendo la rampa cinco.
De parte del América, como es bien conocido hay luchas internas por el poder de las tribunas y se les pidió, que no hubiera cruces de grupos antagonistas dentro de las barras, pues la policía entraría en acción a controlar esas luchas.