Han transcurrido los primeros 450 minutos del Apertura 2017 para Pumas a una velocidad de vértigo y en todos los sentidos. Universidad Nacional no ha encontrado la estabilidad necesaria sobre el terreno de juego para que aficionado identifique la idea de lo que pretende Francisco Palencia. Los resultados han evidenciado ciertas carencias del cuadro, sobre todo en la creación y variedad de opciones ofensivas y para rematar, refuerzos como Joffre Guerrón o Néstor Calderón, no han asumido el papel protagónico que se esperaba tuvieran en este comienzo de semestre.
En una clasificación diferente habría que situar a Mauro Formica, que cuenta con argumentos técnicos y futbolísticos probados, no solo en el balompié nacional; sin embargo, las lesiones musculares han mermado toda posibilidad de demostrar su potencial sobre el terreno de juego. Con el primer equipo auriazul apenas completa dos apariciones en Liga, sumando 82 minutos y una esporádica participación en el torneo de Copa, donde trató de ser determinante ante el modesto Celaya, en Guanajuato, pero sin éxito.
Si bien su calidad es conocida de sobra, se desconoce hasta qué punto el media punta argentino pueda afianzarse y con ello convertirse en el jugador que Palencia y la directiva de Pumas esperan desde su contratación; su llegada ilusionaba a los involucrados con tener a un futbolista con capacidad de servir a Nicolás Castillo, el referente del gol auriazul y también de generar en ataque... Hoy, la realidad de Mauro parece llevarlo más despacio de lo esperado, con un rol secundario y partiendo desde el banquillo de los suplentes. A ciencia cierta, no se sabe cuándo estará disponible.
A finales del mes de mayo pasado, desde Argentina llegaba la noticia que conmocionó después en el medio nacional: Mauro Formica, uno de los líderes de Newell's Old Boys, recalaría en un "grande de México". Un par de días más tarde, Universidad Nacional aceptaba la vinculación del pampero a partir del Apertura 2017. "Es un gran jugador y estoy seguro que ayudará muchísimo al equipo", aceptaba Rodrigo Ares de Parga en el Régimen de Transferencias en Cancún; "Me ilusiona volver a un país que siempre me trató de maravilla; me atrae el reto de jugar en Pumas", decía el propio atacante.
La contratación era bien vista. Mauro contaba con el respaldo de una trayectoria en la que si acaso le ha faltado consagrarse al máximo, está claro que puede ser determinante; además, en sus antecedentes recientes se le recuerda promediando aceptables encuentros con Cruz Azul, equipo en el que estuvo cerca de dos años. En su torneo más brillante con los de La Noria, en el Clausura 2014, el último de La Máquina en Liguilla, marcó siete anotaciones y disputó 18 compromisos. De hecho, en ese mismo certamen, en la fecha 17 le anotó precisamente a Pumas (2-1).
Todo ha sido muy diferente a su vuelta. El 28 de agosto hizo su presentación ante el Atlas, ingresando de cambio por Bryan Rabello, al 79' y prácticamente con el marcador en contra resuelto (2-1). Poco pudo hacer Formica para rescatar algo para Universidad. Trató de asociarse, de buscar a Castillo, incluso realizó una jugada de lujo, quitándose a un par de elementos rojinegros con un solo movimiento. Más allá de lo colectivo, no había sido tan desangelada su participación, a la espera, eso sí, de demostrar más con el puma en el pecho.
Cuatro días más tarde, el primero de agosto, Formica viviría su primer encuentro como titular. Frente al ya mencionado Celaya de Ángel Reyna, en el Bajío, el volante ofensivo saltaría al campo del Miguel Alemán con la confianza de Palencia y la esperanza de que comenzara a carburar su talento. Disputó 57 minutos, hasta que salió de cambio por Rabello y a comparación del duelo anterior, Mauro se vio fuera de ritmo, ahogándose en el pique y deshaciéndose muy rápido de la pelota, contrario a la necesidad del equipo porque sea él quien cree y construya. Vendría una tercera y última prueba.
Contra el América, Palencia no se guardó nada y colocó a Formica como inamovible para que respaldara a Castillo en el ataque, fortaleciéndose en las bandas, con extremos como Néstor Calderón y Rabello. Y sí, los 71 minutos que Mauro participó, Universidad tuvo opciones de irse al frente en el marcador; tanto así, que la asistencia a Nico la sirvió el argentino. Casualmente, con su salida vino la debacle y la derrota en el estadio Azteca, con el 2-1 de Cecilio Domínguez. Desde entonces (5 de agosto), el nacido en Rosario se ha ausentado de las convocatorias frente a Lobos BUAP y Tigres, en Liga y Monterrey, en Copa, debido a lesiones musculares.