Un par de cartulinas llamaban la atención en las primeras butacas del estadio Hidalgo. Una familia, que había llegado desde muy temprano, sin importar los inclementes rayos de sol que ya pegaban en la grada. Era un día importante para todos ellos, su orgullo, su hija, impulsada por el sacrificio de todos, consumaría un sueño: debutar como profesional en la máxima categoría del nuevo balompié femenil en México. Todo lo valía, pues era parte de una recompensa colectiva; este viernes sería inolvidable, lo sabían de antemano.
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Los primeros 45 minutos de la Liga Femenil demostraron que las mujeres no son sexo débil en ningún sentido. En la cancha, las 22 involucradas demostraron su capacidad con el balón; Pumas tenía ímpetu, ganas, aunque no el control de la pelota. Las Tuzas exhibieron mayores argumentos, control de la pelota, una idea más sofisticada de lo que se tenía y debía hacer en el campo. En el ataque, las de casa filtraban balones al por mayor, dejando casi siempre mano a mano a las felinas con las de casa. Era un cotejo intenso.
En el complemento, revitalizadas de las ganas de ver goles, la familia del comienzo de la reseña alzó más la voz, alentaba a su niña... Y en cuestión de seis minutos, su motivo de estar ahí, logró que las emociones se maximizaran. Berenice Muñoz, con 17 años y el '15' en el dorsal, abrió el marcador al 51', luego de definir en el área enemiga un servicio preciso de Mónica Ocampo, su compañera y la jugadora de mayor recorrido en el vestidor de las Tuzas. Bere corrió despavorida hacia el sector donde estaban los suyos.
Al 59', instantes más tarde, en una réplica de la jugada que abrió el marcador, Muñoz volvió a hacerse presente en el electrónico. Gol y júbilo para su familia. Satisfacción y orgullo para los que la han apoyado desde los comienzos complicados desde Tulancingo, donde ella hacía los traslados para el centro de Pachuca: "No ha sido sencillo, tienes que hacer muchos sacrificios, pero todo lo bueno, lo hecho con amor y pasión, te reditúa en cosas buenas y eso me tocó vivir en el debut", dijo la dueña del doblete blanquiazul para La Afición.
"Obviamente se lo dedicó a mi familia, a la gente que siempre me ha apoyado. El primer tiempo había sido complicado, pero nos dijo la entrenador que tratáramos de no desconcentrarnos, que los goles llegarían; creo que el triunfo y las anotaciones fueron consecuencia de una preparación muy amplia, misma que comenzamos en el año. La gente se nos entregó al cien y eso te pone chinita la piel, te motiva a darlo todo, eso y ver a la gente más querida ahí, es el aliciente principal", reiteró Muñoz.
En el cierre del cotejo, Mónica Ocampo, sin duda alguna, la referente del Pachuca Femenil, completó el marcador y consiguió el tercer tanto del día, con un disparo cruzado, premio al sacrificio de su desempeño: "Lo más importante fue el triunfo, que comenzamos ganando, que se le da una satisfacción a nuestra gente y que pudimos hacerlo con el estadio apoyándonos. Dimos un paso muy importante y ya comenzó la Liga Femenil, lo que nos llena de orgullo", comentó la atacante.
Hoy, Bere tiene muy claras sus metas y son, en términos generales, seguir marcando goles, los mismos que hasta ahora la han llevado a donde está. Y es que, si de algo se puede jactar, es de eso, de tener bien clara la portería rival en la mente... En el torneo de Copa, apenas hace un par de meses, le bastaron dos encuentros para marcar cuatro anotaciones: "Espero seguir ayudando al equipo, que le demos más satisfacciones a la afición y que no nos dejen de apoyar".