Los que vivieron el Mundial de Francia 98 no podrán olvidar a Carlos Roa, uno de los hacedores que consiguió que Argentina elimine a Inglaterra luego de una atractivo partido, el cual terminó definiéndose en la tanda de penales.
El portero argentino vivió con alegría la clasificación a cuartos de final del Mundial Francia 98, y también sufrió con la misma intensidad luego de quedar eliminados ante Holanda, una de las selecciones más fuertes de ese torneo.
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Roa, quien en ese momento ya se había consolidado en al arco del Mallorca, finalizó su carrera en el 2006 intempestivamente. La religión pudo más que su amor por el fútbol.
El guardameta argentino decidió retirarse del fútbol para convertirse en sacerdote de la Iglesia Adventista del Séptimo día. En esos momentos Manchester United se había acercado al Mallorca y había realizado una oferta para que él sea el reemplazante de Peter Schmeichel.
Su decisión no lo hizo feliz, y volvió a jugar en el Mallorca. Eso sí, no iba a jugar los días sábados porque su Iglesia lo impedía. Sin embargo, ese año de para se notó y fue relegado a la banca de suplentes. Luego fue transferido al Albacete y terminó su carrera en el Olimpo de Bahía Blanca de su país.
Tras su retiro, decidió convertirse en preparador de arqueros. Empezó en el Club Atlético Brown, para luego pasar al Club Sportivo Ben Hur del Torneo B Argentino. Pero la propuesta más interesante vendría por parte de Matías Almeyda.
El mencionado entrenador convocó a Roa para que forme parte de su comando técnico para su aventura en River Plate. Actualmente son parte de Chivas de Guadalajara de la Liga MX, último campeón del país azteca.