Yerry Mina está recuperando buenas sensaciones en el Calcio, más allá de lo poco que le rinde a su nuevo equipo en la tabla de posiciones.
En el empate entre Udinese y Cagliari por 1-1, su aporte fue clave para defender un punto que es valioso, más de visitante, pero que con el acoso del descenso encima puede no brillar como debería.
Es verdad que no empezaba bien la historia, pues a los 14 minutos un centro de Ehizibue le cayó preciso a Jordan Zemura para una definición que dejó retratada a toda la zaga, pero hubo revancha.
En una defensa de cuatro (el debut fue en módulo de tres y no funcionó), se acomodó bien por derecha el caucano y empezó a ocupar mejor los espacios, a ganar todos los duelos y a desesperar a sus rivales con una asfixiante marca.
Su equipo se animó al ataque y llegó el alivio a los 44, obra de Gianluca Gaetano de cabeza tras la asistencia de Tommaso Augello. El juego 1-1 y todo por decir para el complemento.
Justamente ahí se hizo clave el colombiano: su despliegue físico fue notable -y valioso considerando su lista de lesiones- batalló e impuso autoridad en el área propia, cuando Udinese atacó por todas las vías posibles. Cagliari se refugió pronto y, aunque dispuso de algunas aproximaciones, le faltó claridad.
Inclusive Mina estuvo a punto de provocar una expulsión cuando un sutil golpe rival lo hizo caer en el área. Sí, exageró un poco, pero ese es Mina, un dolor de cabeza para los atacantes rivales.
Sobre el final salvó una peligrosa salida por la banda, poniéndole el cuerpo al rival y rozando el penalti pero sin cometerlo, acción por la que vinieron varios compañeros a felicitarlo.
Udinese está ahora en el puesto 15 con 23 unidades mientras Cagliari va en el 19, con 19 puntos. Dura realidad para los del colombiano, que urgen de victorias en el Calcio.