05/10/2024

Cómo matar a la Copa del Rey (y que parezca un accidente) - Goal.com

Miercoles 21 de Diciembre del 2016

Cómo matar a la Copa del Rey (y que parezca un accidente) - Goal.com

La flojísima afluencia de público en el Camp Nou para ver el Barcelona-Hércules constata que el modelo actual agoniza.

La flojísima afluencia de público en el Camp Nou para ver el Barcelona-Hércules constata que el modelo actual agoniza.

La flojísima afluencia de público en el Camp Nou para ver el Barcelona - Hércules constata que el modelo actual agoniza


EDITORIAL

"El miércoles no podremos venir a ver al Barcelona en el último partido del año 2016" le comentaban con pesar dos socios valencianos a este redactor en la Asamblea Extraordinaria que aprobó el patrocinio de Rakuten el pasado sábado. "Cuando juegan tan tarde nos resulta imposible regresar a tiempo a casa para ir a trabajar por la mañana". Si hoy hubieran venido a ver la eliminación del Hércules en los dieciseisavos de la Copa del Rey, habrían llegado a casa a las seis de la mañana en el mejor de los casos. Sin embargo, se quedaron en Valencia y se conformaron con ver el partido por la televisión pese a ser socios con derecho a butaca en el estadio.

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El Camp Nou albergó frente al cuadro alicantino 64.025 espectadores, en la entrada más baja de la temporada y eran, en su mayoría, turistas como demuestran los casi escasos gritos de independencia que se produjeron en el minuto 17 con 14 segundos. Conciliar los caprichos de las televisiones con la vida familiar de los propios abonados es una vieja cruzada de la directiva de Josep Maria Bartomeu, herencia que le dejó Sandro Rosell tras prometer los socios que haría algo al respecto. Es obvio que se ha hecho en la Liga. El Barcelona hace años que no juega a las diez de la noche de un sábado. En la Champions League no hay discusión que valga, pues todos juegan a la misma hora. Pero, ay, en la Copa del Rey la cuestión horaria es algo tan letal como el virus FIFA y la incompetencia que enmascara.

 

This is the aspect of Camp Nou two minutes before the game begins. Thanks Real Federación Española de Fútbol for...

Posted by Ignasi Oliva Gispert - Goal.com on miércoles, 21 de diciembre de 2016

 

Porque la misma pequeñez de miras ofrece el que se cree el virus FIFA sin mencionar los multimillonarios intereses que esconde la negativa a la unificación de calendarios y racionalización de las competiciones en cuanto al número de participantes y, en consecuencia, de partidos a disputar, que el que deja pasar una magnífica oportunidad para, en la era del márketing, vender la Copa del Rey como una competición genuina y cercana a la afición. Pero ¿cómo va a ser cercano un partido que acaba a medianoche entre semana, privando a adultos y chavales de sus obligaciones el día después?

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Pagar el abono y gastarse una buena parte del sueldo en la zamarra oficial de turno (la oficial del Barcelona puede alcanzar los 175 euros con dorsal y nombre) ya no es suficiente. Ahora también hay que pedirse la mañana libre el día después de un partido de Copa. La historia de los socios valencianos no es una 'rara avis'. Les sucede a los socios gerundenses, leridanos y tarragonenses. Incluso a los que viven en municipios de la provincia de Barcelona. El club sólo acata órdenes ahí, como todos. La Copa del Rey está en manos de la RFEF y poco pueden hacer los clubes, por lo menos yendo por su cuenta. 

También tienen sus intereses, pues los grandes, incluyendo a la mayoría de clubes de Primera División, no solo Barcelona y Real Madrid, temen perder contra un Segunda B. La competición fue hace años a partido único y no funcionó pero jugar a ida y vuelta tampoco nos ha privado de ver el famoso 'Alcorconazo'. El fútbol está hecho de la misma pasta con la que se hacen los sueños y esta es, precisamente, su grandeza. Que un equipo de un pueblo o de un barrio pueda cargarse a uno de los grandes es algo que solo existe en el mundo del fútbol.

Pero entre todos los gestores lo devoran. Lo engullen como patos, sin apenas degustarlo y, lo que es peor, sin permitir que el aficionado de a pie pueda gozar de él. Todos se lavan las manos ahí. Y, mientras tanto, los estadios se vacían de los chavales que antes perpetuaban la supremacía del deporte rey, que en España cojea por la Copa. Pero mientras siga fluyendo la pasta habrá fiesta, aunque sea sin público.

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