El centrocampista Bastian Schweinsteiger, de 32 años, tuvo este miércoles su despedida de la selección alemana entre lágrimas y gritos de "Dios del fútbol" que se oían desde las tribunas del Borussia Park de Mönchengladbach.
En el homenaje que se le rindió antes de su partido de despedida de la selección alemana, un amistoso contra Finlandia, Schweinsteiger rompió a llorar.
Los discursos, las imágenes recordando su carrera, las palabras del presidente de la Federación Alemana de Fútbol que lo recordaba como "más que un gran jugador" fueron demasiado para uno de los máximos ídolos de las últimas décadas del fútbol alemán.
"No pensé que fuera a ser así", dijo tras recuperarse de las lágrimas que le habían provocado las manifestaciones del público del Borussia Park de Mönchengladbach, que le gritaba "Dios del fútbol".
"Siento mucho agradecimiento de poder vivir esto. Nos volveremos a ver de otro modo. Le deseo a la Federación lo mejor", agregó.
En las tribunas había pancartas con mensajes de despedida para Schweinsteiger. Una de ellas decía. "Gracias, Schweini. Contagiaste a todo el equipo de tu espíritu de lucha".
En el estadio, además de la familia, estaban viejos compañeros de camino como Peter Hermann, su entrenador en las inferiores del Bayern, o Jupp Heynckes, con quien ganó la Liga de Campeones en 2013.
Su carrera, desde que era el adolescente que se mezclaba con los veteranos de la selección hasta el momento en que se convirtió en el líder indiscutible de la misma, se resumió en pocas imágenes en una pantalla en del Borussia Park.
Sin duda, la imagen culminante de su carrera fue el triunfo en la final del Mundial 2014, que coronó el camino de una serie de jugadores, con Schweinsteiger a la cabeza, que habían empezado a ser habituales en la titular en el Mundial de 2006 en Alemania.
Después vino el partido, con aplausos cada vez que tocaba la pelota y de cuando en cuando gritos de "Dios del fútbol".
En el primer tiempo le hizo un gran pase a Julian Brandt, cuyo centro fue interceptado, e intentó un par de remates desde la distancia.
En el segundo tiempo un aficionado, vestido con la camiseta número 7 de Schweinsteiger, invadió el campo y se fotografió con el capitán en su último partido para luego despedirse de él con un abrazo y dejar la grama con toda tranquilidad.
En el 67 vino el adiós definitivo, Alemania ganaba 1-0 con gol de Max Meyer, cuando Schweinsteiger fue sustituido por Julian Weigl, un joven de menos de 20 años. El capitán se llevó el brazalete.
Con Schweinsteiger y con Lucas Podolski, que no pudo ser despedido por lesión, han terminado su carrera internacional los últimos de aquel equipo.
En Brasil 2014 todavía había cinco jugadores que habían estado en 2006 con el equipo.
La despedida de Schweinsteiger implica también el fin de una era y hay muchos signos que apuntan a la renovación en la selección campeona del mundo. Tal vez el ingreso de Weigl haya sido un símbolo de ello.