Los Juegos Olímpicos llegan a su fin enmarcados por las epopeyas que quedarán para la posteridad, sin embargo, no todo fue fiesta en Río de Janeiro, pues algunas situaciones ajenas a la competencia ensombrecieron la justa veraniega.
La Villa Olímpica no tenía condiciones para su uso
Los problemas no se hicieron esperar, sin llevar un solo día de competencia, la delegación australiana y posteriormente la sueca, optaron por no hospedarse en la villa olímpica alegando “falta de condiciones en las instalaciones”.
El Comité organizador de Río 2016 admitió que aún se necesitaban reparaciones en 19 de las 31 torres.
Por su parte, el Comité Olímpico de Bielorrusia comunicó que los apartamentos donde se alojarían no contaban con agua caliente, el sistema de drenaje estaba fuera de servicio y faltaba aseo en pisos, puertas y ventanas.
Aunado a estos problemas, el Comité argentino dio a conocer que dos de los cinco pisos que se apartaron para su delegación no tenían condiciones de uso, por lo que alquilaron apartamentos cercanos a la Villa Olímpica.
Por si fuera poco, el 29 de julio, la delegación australiana informó el robo de laptops y playeras que se encontraban en las alcobas de sus deportistas cuando el edificio tuvo que ser desalojado por un incendio en el sótano.
El “asalto” de Lochte
Las alarmas se encendieron el 14 de agosto, cuando la madre del nadador Ryan Lochte declaró para la cadena Fox News Sports, que su hijo había sido asaltado al salir de una fiesta organizada por Thiago Pereira.
Sin embargo, Mark Adams, portavoz del Comité Olímpico Internacional aseguró para Reuters que el asalto era una completa mentira.
Días después, un funcionario de la policía brasileña aseguró que Lochte, acompañado de Jack Conger, Gunnar Bentz y Jimmy Feigen destrozaron la puerta del baño de una gasolinera. Cuando los nadadores tuvieron que reparar el daño, inventaron la historia del asalto.
El 19 de agosto, Ryan Lochte ofreció disculpas por “ser el centro de atención de las noticias” y por su comportamiento.
El medallista olímpico en los relevos 4x200 puntualizó que no fue honesto antes porque quería asegurarse de que sus compañeros podrían salir del país brasileño.
Asimismo, el Comité estadunidense pidió disculpas a Brasil por el comportamiento de sus atletas.
Los nadadores podrían enfrentar cargos por falsa comunicación de crimen y daño al patrimonio.
Escándalos sexuales en la Villa Olímpica
El 5 de agosto, el boxeador marroquí Hassan Saada fue arrestado por una agresión sexual cometida dos días antes.
La policía informó que el púgil llamó a dos camareras de la Villa Olímpica a su habitación para supuestamente pedir información, sin embargo, apretó el muslo de una de las jóvenes y los senos de la otra. Saada se encontraba con otros dos deportistas quienes no reaccionaron.
Hassan Saada debía debutar al siguiente día contra el turco Mehmet Nadir.
Otro drama de éste tipo fue protagonizado por la clavadista Ingrid de Oliveira y su compañera en la plataforma de 10 metros, Giovanna Pedroso. Ésta última acusó a su compañera de sacarla de la habitación para tener relaciones sexuales con el remero Pedro Goncalves.
Oliveira aseguró que este incidente sólo adelantó la separación de la dupla, además de que por el momento no pretende volver a hacer equipo con alguien más joven que ella.