En el acto más importante de la coronación en la Abadía de Westminster, se escuchó una melodía conocida por los hinchas del fútbol
Ocho meses después de subir al trono tras la muerte de Isabel II, Carlos III fue solemnemente coronado junto a su esposa Camila en una fastuosa ceremonia, única en Europa, que el Reino Unido no vivía desde hacía 70 años.
En la Abadía de Westminster, en el centro de Londres, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra, colocó la corona de San Eduardo sobre la cabeza del monarca, de 74 años. No había sido llevada desde la coronación en 1953 de su madre, fallecida en septiembre.
En el momento más sagrado de este importante evento sonó 'Zadok the Priest', himno británico compuesto por Georg Friedrich Händel para la coronación del rey Jorge II en 1727.
Esta melodía es conocida por los hinchas del fútbol, y es que Tony Britten adaptó esta histórica composición musical en 1992, usándolo como base para el himno de la Champions League.
Después, de regreso al Palacio de Buckingham tras su segunda procesión del día, escoltados por miles de militares en uniforme de gala, los monarcas aparecieron en el balcón para saludar.
Desde allí presenciaron un desfile aéreo acortado por el mal tiempo.
Carlos III y Camila salieron acompañados por miembros de la familia real. Pero no estuvo Enrique, hijo menor del rey de 38 años, que mantiene tensas relaciones con la monarquía y acudió a la ceremonia sin su esposa Meghan, quien permaneció en Estados Unidos con sus dos hijos.