El legendario Pelé falleció a los 82 años, pero su legado y aporte en la historia del fútbol ha quedado inmortalizado. Debido a su exitosa carrera deportiva y posteriores esfuerzos en el mundo empresarial tras su retiro, el astro brasileño logró amasar una millonaria fortuna valorizada en 100 millones de dólares. Sin embargo, la situación era radicalmente distinta en sus inicios como futbolista.
Edson Arantes do Nascimento y su familia pasaron por muchos problemas económicos durante su infancia. El pequeño Pelé tuvo que empezar ayudando a su padre –un exfutbolista frustrado por una lesión- en trabajos laboriosos, como limpiar baños y fabricar zapatos. En ese entonces, el deseo por jugar y un encuentro fortuito lo llevaron a firmar su primer y humilde contrato.
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Waldemar, el descubridor de Pelé
Waldemar de Brito, un exfutbolista y seleccionado brasileño, fue quien descubrió a Pelé y lo llevó de Baurú a São Paulo para presentarlo ante la directiva del Santos. Waldemar siempre decía que Edson iba a ser el mejor jugador del mundo. De esta forma, se sumó a las filas del ‘Peixe’ con apenas 15 años. Ahí recibió un primer sueldo de 5.000 cruzeiros.
De esta forma, Pelé debutó con Santos el 7 de septiembre de 1956 en una victoria de 7-1 ante Corinthians y, como buen presagio de todo lo que se vendría, marcó un gol. Según narró el mismo en su autobiografía, anotó también en sus siguientes dos partidos y su nombre comenzó a sonar en la prensa local. Tras haber cumplido 16 años, se dio la posibilidad de firmar un contrato.
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El primer contrato de Pelé
En ese entonces, Pelé aún trabajaba también con los zapatos y contó que esperaba un aumento debido a su buen rendimiento. La directiva del club negoció con su padre y con Waldemar, pero no estuvieron de acuerdo con pagarle mucho más debido a que era joven y pequeño. Pese a que su padrino no resultó satisfecho con esto, para su papá era suficiente que gane más que en la fábrica.
Pelé firmó su primer contrato como futbolista profesional el 8 de abril de 1957, el cual fue por solo 6.000 cruzeiros al mes, lo que equivalía a aproximadamente 12 dólares para la época (cerca de 230 soles de oro en Perú). Este incluía, además, el alojamiento y alimento junto a los demás jugadores del club. Él, no obstante, solo pensaba en poder ayudar a su familia, quizá sin imaginar que un año después sería campeón mundial.