Víctor Benítez apareció en San Siro con un saco gris y pantalón claro. Debajo de la primera prenda un chaleco rojo, el cual encimaba la camisa, también clara. Estas vestimenta corresponde al peruano que, mientras el Vaticano elegía un nuevo papa y Argentina pedía la extradición de Perón, hace 53 años, él alzaba la Champions League con camiseta del Milan.
Hoy con 80 años, los ojos del peruano más querido de Italia reflejan una nostalgia difícil de explicar. El apodado ‘Conejo’ jamás imaginó mientras daba la vuelta olímpica con Alianza Lima tras campeonar en 1955, ocho años después haría lo mismo, pero en Wembley.
1963-2016: 53 years later, today Victor Benitez relived at #CasaMilan the emotions of the 1963 European Cup triumph! pic.twitter.com/15laG7Cwww
— AC Milan (@acmilan) 7 de abril de 2016
Tras un fugaz pero efectivo paso por Boca Juniors, donde campeonó la liga argentina, el ‘Conejo’ Benítez recibió la mejor noticia de su vida: El AC Milan quería tenerlo en sus filas. Es así como en el año 1962, el peruano alista sus maletas y enrumba al viejo continente.
Temperamento, precisión y buena salida. Jugaba de central, pero también de volante. En otras palabras, un defensor polifuncional. En el duelo que decidía el título de la Copa de Europa frente al Benfica de Eusebio, le tocó estar en la medular, y no desentonó. El equipo fue el siguiente: Ghezzi; David, Maldini y Trebbi; Benítez y Trapattoni; Pivatelli, Sani, Altafini, Rivera y Mora.
Sí. El ‘Conejo’ jugó junto a Cesare Maldini, ídolo del Milan que hace unos días falleció. Durante su visita al San Siro, detuvo su alegría para recordar a su gran compañero, con quien compartió el momento más feliz de su carrera, que también significó la primera Copa de Europa para el club italiano.
Lo demás solo fueron matices en la vida de Víctor el ‘Conejo’ Benítez. Titular en el primer partido de Perú por Eliminatorias frente a Brasil. Presente en el histórico triunfo a Inglaterra por 4-1. El único jugador peruano en jugar en el Milan e Inter. Como lo dije, son solo detalles que se unen para formar el estante que sostiene su mayor logro, la Champions League.
“Vuelvo y veo mi vida como cuando yo era un niño. Lo que recuerdo de la final de 1963 es que fue un honor jugar en uno de los mejores estadios del mundo, contra un gran equipo, y marcando al jugador más fuerte del mundo, Eusebio, no fue fácil. Contar con los compañeros en el campo, como Cesare Maldini y Dino Sani ayuda mucho. Cesare Maldini me hablo y me dijo que estaba nervioso, pero trató de mantener mi calma y eso me ha ayudado mucho. Recuerdo todo. Hoy me siento como una turista y cuando veo todo esto me pregunto, “¿hice esto?” y cuando recuerdo aplaudo solo y estoy orgulloso. para oír la palabra de Milán me llena de orgullo, por la vida que viví con alegría y por lo que hice con el Milan”
La visita acaba, y acompañando a su silueta encorvada y lerda, estaba la alegría del recuerdo. A sus 80 años, el ‘Conejo’ se despedía del club que le dio la oportunidad de triunfar en Europa. Le decía adiós al equipo que lo mantendrá siempre vivo en su historia.
Por: Eduardo Zani
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