Después de rumores sobre el vestuario del Barcelona que agitaron al club el pasado fin de semana y una reunión con la cúpula dirigencial, las decisiones tácticas del entrenador Quique Setién parecen muy discutidas.
El campeón mundial francés Antoine Griezmann, fichaje estrella al principio del curso por los 120 millones de euros (135 millones de dólares) pagados al Atlético de Madrid, apenas entró en juego en el minuto 90 en el duelo del martes ante su exequipo. Un suplente de lujo, tras un curso muy irregular.
"No le pediré disculpas pero entiendo que pueda sentirse mal. Yo también por él, porque es un gran profesional y una gran persona", declaró Setién tras el partido, mostrándose convencido de que el jugador galo comprenderá su suplencia.
"No pueden jugar todos, y hay que decidirse por algunos. Siempre piensas que en un momento determinado puede hacer algo", añadió el director técnico del Barcelona después del 2-2 con el Atlético en el Camp Nou.