Se cumplen 10 años de la victoria del Atlético de Madrid en la Europa League
Diego Forlán goleó 96 veces en sus 198 partidos oficiales con el Atlético de Madrid, pero ninguno resultó tan transcendente ni está tan memorizado en la mente rojiblanca como el 2-1 al Fulham el 12 de mayo de 2010 en la final de la Liga Europa de Hamburgo, un título cuyo enorme impacto de entonces contrasta con una dimensión y una influencia hoy mucho más reducida, eclipsado por la era Diego Simeone, que ha rebasado rotundamente tal triunfo.
Este martes, su décimo aniversario rememora un momento indudablemente apoteósico para el Atlético y su afición: ya en la prórroga, el atacante uruguayo, el único Bota de Oro de la historia del club (en 2008-09 con 32 goles en 33 duelos de Liga), marcó en el minuto 116 el gol que tanto había anhelado el equipo, la institución y la hinchada durante tantos y tantos años; 48 en concreto desde su anterior trofeo a nivel continental, la Recopa de 1962.
Diego Forlán hizo un doblete en la final
A pase de Sergio 'Kun' Agüero, Forlán logró el segundo de los goles del Atlético en aquella final -el primero lo anotó en el minuto 32, empatado por Simon Davies cinco más tarde-. El 2-1 definitivo para los de Quique Sánchez Flores que supuso el triunfo ante el Fulham.
"Fue una explosión de júbilo y alegría que es única. Fue algo maravilloso", contó Antonio López, el capitán, en los 'Recuerdos de Leyenda' del club rojiblanco.
El Atlético volvió a ganar en 2012 con Simeone
"Fue la más especial, por ser la primera y porque llevábamos muchísimo tiempo", resaltó el lateral izquierdo, que levantó la copa de campeón. Después ganó otra, ya con Diego Simeone, en Bucarest en 2012.
Igual que el colombiano Luis Amaranto Perea. "Lo viví con mucha alegría y mucha satisfacción. La gente era muy consciente de que después de muchos años nos jugábamos algo único", afirmó años atrás el central.
Forlán hizo posible lo inesperado unos meses antes, porque nadie imaginaba por diciembre que ese trofeo sería para el conjunto rojiblanco, que lo celebró a la medida de lo que fue para él y su afición: memorable.