Los Diablos Rojos, que venían de ganar 1-0 en Argentina, jugaron peor en el Arena Castelao, pero consiguieron el pase a la próxima ronda gracias al valor doble de los goles anotados a domicilio, y de paso, aparcar su particular crisis de resultados.
En su primera participación en un torneo internacional, el cuadro dirigido por el mítico exportero Rogerio Ceni estuvo a punto de sentenciar a todo un siete veces campeón de la Libertadores y dos de la Sudamericana.
El volante Juninho abrió el camino de la victoria para Fortaleza en el minuto 27 al transformar un penalti provocado por el mediapunta Osvaldo, el mejor de la noche.
Un minuto después de salir del banquillo, Marlon consumaba la remontada en el 79 con un disparo desde la corona del área.
Sin embargo, cuando toda la afición celebraba un triunfo histórico, Bruno Melo anotaba en su propia portería en el 93 para dar la clasificación al equipo argentino.
Independiente salió a la expectativa por conformismo o incapacidad. El club atraviesa un momento delicado, con su técnico, Lucas Pusineri, cuestionado, retrasos en el pago de los futbolistas y una crisis de juego que hoy quedó patente en Brasil.
El conjunto de Rogerio Ceni, sin ninguna presión por clasificar, olió sangre y salió con intensidad y un marcaje férreo.
David, Osvaldo y Romarinho hilvanaron con suma facilidad en el frente del ataque del Fortaleza.
Mientras, los jugadores de Independiente estaban más preocupados en quejarse por las decisiones arbitrales y en rascar el mayor tiempo posible al cronómetro.
Braian Romero intentó despertar al Rey de Copas con un disparo desde fuera del área que se marchó muy desviado.
En medio de ese letargo, Romarinho conectó con Osvaldo, que entró al área sin oposición y fue derribado por Bustos. El árbitro pitó sin vacilar penalti. Lo transformó el volante Juninho, fuerte y ajustado, imposible para Campaña.
La eliminatoria estaba igualada.
La reacción de Independiente fue tímida. Decidió seguir apostando por el contragolpe, pero tenía serios problemas para pisar el área rival.
Leandro Fernández fue el único que obligó al portero Felipe Alves a estirarse para despejar un buen disparo, de nuevo, desde lejos.
El Fortaleza se fue al descanso con un porcentaje de posesión inusitado para un equipo debutante en un torneo internacional: 72,7 %.
Y en la reanudación siguió con el mismo hambre. Osvaldo campaba a sus anchas arrancando desde el flanco izquierdo. El mediapunta de 32 años generó mucho peligro a la defensa del equipo argentino, que no encontraba la forma de pararle.
Solo faltaba rematar la faena con otro gol para consumar una remontada histórica. Lo tuvo David hasta en dos ocasiones, pero una vez a su remate le faltó fuerza para rebasar la línea de portería y en la otra no acertó entre los tres palos.
Independiente mejoró levemente su imagen, presionado por el resultado, aunque con el contragolpe como principal arma. Felipe Alves desbarató un pase de gol de Silvio Romero clarísimo con dos de sus compañeros esperando el remate dentro del área.
Pero a casi diez minutos para el final, Gabriel Dias encontró solo, en la corona del área, a Marlon, que disparó de primeras para poner el segundo gol en el marcador y certificar la remontada.
El Independiente estaba casi en la lona, cuando Bruno Melo marcó en propia y regaló la clasificación al Rey de Copas.