Cuando una estrella del fútbol alcanza la cumbre y nos remontamos a sus orígenes para ver la clave del éxito, siempre suele haber en su camino aliados inesperados que le dan esa oportunidad de mostrarse. Eso sí, no todos las aprovechan. Pero desde luego que Ansu Fati lo está haciendo.
Tiene 17 años recién cumplidos, viene apadrinado por el mismo Lionel Messi, que además no deja de buscarlo en la cancha. Suma 5 goles en 20 partidos oficiales y ha batido varios récords de precocidad,no sólo en el FC Barcelona. Un talento que pronto será una realidad si no lo es ya. La única luz de esperanza en una temporada aciaga para los culés.
Las lesiones de Luis Suárez y Ousmane Dembélé, unidas a la incomprensible marcha de Carles Pérez, dejan al joven canterano, a falta de saber si llegará otro delantero, como un jugador imprescindible. Y, si bien en verano deslumbró en los primeros encuentros con su desparpajo, juventud y ritmo, una vez que la temporada se va asentando sigue demostrando que tiene muchas cualidades para triunfar.
Le costó tener regularidad y por eso no brillaba como al principio de curso, pero ahora que encadena varios encuentros consecutivos ha vuelto a asombrar. Doblete ante el Levante hace una semana y una notable actuación en San Mamés hasta que fue sustituido, siendo el jugador más peligroso de los catalanes. Ha llegado para quedarse.