Desde hace semanas, el Inter de Milán rastrea el mercado en busca de un nuevo centrocampista del agrado de Antonio Conte. El técnico ha mostrado en ya varias ocasiones su deseo de reforzar la medular y ha instado a la directiva a localizar un jugador que pueda ampliar sus opciones tácticas.
En este sentido, el gran anhelo del preparador sigue siendo Arturo Vidal, un futbolista al que el FC Barcelona no se plantea dar salida. Por eso, no resulta extraño que la entidad haya comenzado a valorar otras alternativas, como la ya conocida del marfileño Franck Kessie (AC Milan), o la del también chileno Charles Aránguiz (Bayer Leverkusen).
Reclutado por el combinado germano en el verano de 2015, el sudamericano resulta interesante por su atractiva mezcla de combatividad y talento, su experiencia (tiene 30 años) y, por tal y como cuenta Gazzetta dello Sport, el hecho de acabar contrato el verano que viene y, por tanto, poder cambiar de aires ahora en enero por una cantidad relativamente baja.
Por cierto, la posible marcha de Matías Vecino al Everton podría dejar en las arcas interistas el dinero oportuno para afrontar esta contratación sin apenas esfuerzo. Eso sí, es factible que, para hacerse con sus servicios, el Inter deba superar la competencia de un Bayern Múnich que desea reclutarle al término del curso.