No ha sido tradicionalmente el mercado de invierno muy prolífico en cuanto a movimientos de primer nivel, aunque evidentemente ha habido excepciones. En 2018 el FC Barcelona hacía el fichaje más caro de su historia con Philippe Coutinho. O en 2011 Fernando Torres cambiaba Liverpool por Chelsea, provocando que los reds ficharan a Luis Suárez y Andy Carroll. Ese mismo verano llegaba Edin Dzeko al Manchester City…
Desde el año pasado al haber cambiado la normativa UEFA, las nuevas adquisiciones pueden ser inscritas sin límites para disputar las competiciones continentales, lo que a priori puede facilitar más movimientos. Eso, unido a la situación de diferentes jugadores. En este caso nos centramos en varios atacantes veteranos que tendrían muchas razones para protagonizar movimientos importantes.
El más llamativo es el caso de un Zlatan Ibrahimovic que tiene previsto dejar la MLS y ha abierto las puertas de par en par a la Serie A, con el Nápoles como principal candidato, además de otros equipos en Italia. Allí está también un Mario Mandzukic que quiere dejar la Juventus de Turín y ha sonado para el Manchester United.
Es el mismo club que pretende a un descontento Thomas Müller, leyenda del Bayern Múnich que ha sopesado seriamente un cambio de aires para tener más continuidad. Y el que busca lo mismo es Olivier Giroud, que acaba contrato con el Chelsea a final de temporada y quiere garantizarse un hueco en la Eurocopa con el combinado nacional galo de Didier Deschamps.
Allí en Francia milita ahora un Edinson Cavani que está también en su última temporada de contrato con el PSG, donde Mauro Icardi ha aprovechado las lesiones del uruguayo para aventajarlo en la pugna por ser el delantero de referencia de Thomas Tuchel.