La derrota ante el West Ham United sufrida el pasado fin de semana (2-0) ha evidenciado que el nuevo proyecto del Manchester United aún está lejos de resultar verdaderamente competitivo. Tras apenas un mes de competición, los diablos rojos ocupan un discreto octavo puesto en la tabla de la Premier League a ya 10 puntos del líder, el Liverpool.
Aunque seguramente los problemas del cuadro inglés van más allá de la profundidad de su plantilla, su técnico, el noruego Ole Gunnar Solskjaer, cree que el equipo no es capaz de mantener la regularidad porque carece de jugadores que puedan cubrir las bajas de los habituales titulares. En especial, el preparador está preocupado por la falta de recursos ofensivos, ya que tras la marcha de Romelu Lukaku y Alexis Sánchez, el club no ha contratado a nuevos jugadores de ataque.
Por eso, durante las reuniones que ya ha mantenido con Ed Woodward, el nórdico ha puesto sobre la mesa el nombre de dos futbolistas a los que estaría encantado de dar la bienvenida durante el próximo mercado invernal: el extremo francés Ousmane Dembélé (FC Barcelona) y el delantero croata Mario Mandzukic (Juventus).
A día de hoy, el fichaje del segundo se antoja mucho más sencillo y barato que el del primero, puesto que Dembouz está llamado a jugar un papel importante esta temporada en el Camp Nou y su precio ronda los 100 M€. Por contra, Mandzukic desempeña un rol absolutamente secundario en la vecchia signora y, a sus 33 años, podría ver con excelentes ojos la posibilidad de cambiar de aires.