A través de las redes sociales, el Barcelona anunció la partida del brasileño Paulinho al Guangzhou Evergrande por una temporada en calidad de cedido, con el club chino teniendo la opción de compra. Sin embargo, esta noticia cayó como sorpresa para más de uno y no por la salida del mediocampista de 29 años luego de haber tenido una buena campaña en el elenco culé, sino por el hecho de que se vaya prestado y no vendido.
Medios españoles aseguraban que Paulinho iba a dejar las filas del Barcelona e iba a ser adquirido por el elenco dirigido por Fabio Cannavaro por un monto de 50 millones de euros. Finalmente, las cosas no se dieron de esa forma y, para entender por qué, el diario español Marca hizo un análisis al respecto.
Según este medio, los clubes chinos tienen que pagar un impuesto al estado cada vez que fichan a un futbolista y este tiene el mismo valor del monto que han desembolsado para hacerse dueños de los servicios del jugador. Es decir, si el Guangzhou Evergrande compraba el pase de Paulinho por 50 millones, tenía que darle otros 50 al estado para cumplir con esta normativa.
Por lo tanto, para evadir el gasto de 100 millones de euros, el elenco asiático negoció con el Barcelona para que este traspaso se dé como préstamo y no como venta. Ahora, ¿qué gana la entidad catalana con esto? Solo un sueldo de 8,5 millones por temporada, que era lo que ganaba Paulinho, que podrá ser invertido en el nuevo fichaje Arthur.