El polémico penal de Benatia en contra de Lucas Vázquez, que tiene dividido al mundo, hizo que todo lo demás que sucedió en el 1-3 de la Juventus frente al Real Madrid, en el estadio Santiago Bernabéu, pasara a segundo plano.
Todos se quedaron con la decisión del árbitro Michael Oliver y la posterior reacción -iracunda- de Gianluigi Buffon y compañía contra el juez. Sin embargo, tres hechos, de los cuales merece la pena hablar, pasaron desapercibidos debido al caos en el campo del Real Madrid en instantes en el que el pulso se había disparado y la tensión del alargue ya se sentía.
1. No hubo 'ollazo' en el minuto final
Con el 3-0 abajo y la necesidad de un gol para clasificar y no quedar en ridículo, Real Madrid fue un témpano de hielo. En lugar de desesperarse y mandar el pelotazo al área de la Juventus, el conjunto blanco manejó el balón con paciencia y a pase seguro. Antes que se pitara el penal y desencadenara todas las reacciones posteriores, Kroos, con su frialdad característica, levantó la cabeza, vio a Cristiano Ronaldo en área rival y lanzó un centro para el portugués. 'CR7' le sacó medio cuerpo a Alex Sandro y pivoteó el balón para Lucas Vázquez. Todo a los 94 minutos, con el tiempo cumplido. Luego la historia es conocida.
2. La increíble soledad de Lucas
En la acción del penal, sorprendió ver al '17' del Real Madrid con tanta libertad en la entrada del área chica de la Juventus. Y llama la atención porque la 'Vecchia Signora' tenía el alargue, que tanto le costó, a segundos. Lucas Vázquez, extremo de 1.73 de estatura, apareció solo en esa zona del campo del equipo de Turín cuando debía estar custodiado por la recia zaga visitante. Un error curioso en una defensa italiana, famosa por su histórico 'catenaccio'.
Lucas Vázquez antes de ser derribado por Benatia.
(Foto: captura)
3. Definición de crack
Minuto 98. 81 mil espectadores de pie. El planeta entero paralizado en la figura de Cristiano Ronaldo. En instantes, la vuelta de cuartos de la Champions League pasó a ser la final. Y el '7' luso, rey de este torneo, le sacó brillo a su corona. El momento, los deseos positivos y negativos en España y el resto del mundo le importaron poco al vigente Balón de Oro. Tomó el balón, asumiendo la responsabilidad y, en lugar de meterle un 'puntazo' para arrancarle la cabeza al arquero, abrió el pie derecho y clavó la pelota arriba, en el ángulo, en una zona en la que ni dos arqueros hubieran podido evitar el gol. Szczęsny, arquero de 1.96, se lanzó muy bien pero Cristiano ya había apuntado hacia la gloria, camino que conoce mejor que nadie.