Muchos análisis se pueden realizar de la última derrota del Sevilla. La contundencia de la misma (2-5), el rival (Atlético de Madrid) y el escenario (Sánchez Pizjuán) han hecho de esta un inciso en la crisis de juego que ahonda en los resultados del club hispalense, cuya trayectoria sigue sin convencer. En concreto, no lo hacía antes, cuando Eduardo Berizzo ocupaba el banquillo, ni lo hace ahora, cuando está Vincenzo Montella, puesto que la irregularidad sigue siendo la bandera predominante de un Sevilla que ve cada vez más lejana la posibilidad de participar en la Champions League la próxima temporada.
Clasificado para la final de Copa del Rey y en plena lucha por el pase a cuartos de la máxima competición frente al Manchester United, en una plaza que se decidirá en Old Trafford, del puesto que da acceso de nuevo a la UCL el próximo año le separan ya 10 puntos, donde el Valencia ocupa ese 4º puesto en Liga. A priori, una situación con poco que lamentar a excepción de la principal contienda doméstica. No obstante, números en mano, ésta si llama a la preocupación.
El Sevilla naufraga en defensa
De hecho, desde la llegada del técnico italiano, y atendiendo a los resultados acontecidos tal y como recoge Sevilla Info, el cuadro de Nervión sería 13º en la tabla, contando además con el galardón de tercer equipo más goleado, solo por detrás de Deportivo de La Coruña y UD Las Palmas. Un desempeño que pone muy en duda la revolución llevada a cabo por el relevo del argentino y que además deja al equipo con un bagaje defensivo muy pobre, siendo el 5º equipo de toda la Liga que más goles ha encajado igualado con el Málaga, colista de Primera.
Y es que la goleada sufrida ante el Atlético de Madrid no ha sido la única a la que se ha abonado el Sevilla esta temporada, habiendo sufrido ya varias con tal registro o similar que han supuesto un duro y contundente golpe. Derrotas contra Valencia (Mestalla, 4-0), Real Madrid (Santiago Bernabéu, 5-0), Real Sociedad (Anoeta, 3-1), Real Betis (Sánchez Pizjuán, 3-5), Eibar (Ipurua, 5-1) y Atlético de Madrid (Sánchez Pizjuán, 2-5), a la que se puede sumar la recolecta en Champions frente al Spartak de Moscú en fase de grupos (Otkrytie Arena, 5-1), han dejado muy tocada la capacidad defensiva de este equipo, cuya responsabilidad máxima del rendimiento se busca en el banquillo.
Los jugadores se contagian de la fragilidad
Un bajo rendimiento atrás de la que parecen haberse contagiado todos los miembros de la plantilla. Sergio Rico fue uno de los principales protagonistas que recabó la culpa de la hinchada sevillista que, no obstante, acabó otorgándole su perdón tras el encuentro de vuelta de Copa del Rey ante el Leganés y los dos choques a posteriori. Eso sí, el portero no ha sido el único señalado, puesto que desde el club se realizó la incorporación de Miguel Layún, que vino a llenar un déficit en el lateral en el que se ha acabado situando Jesús Navas para sorpresa de muchos.
Clement Lenglet, en la agenda del FC Barcelona y de otros colosos europeos tras el nivel de prestaciones ofrecido durante la temporada anterior, ha pasado a ser en momentos irreconocible, donde la actuación de ayer no fue la única en la que pudimos ver la peor versión del futbolista francés. Un cambio que afecta a todos los jugadores hispalenses que no están ofreciendo lo mejor que llevan dentro en la presente campaña, ofreciendo los déficit que dejan los números y su actividad sobre el campo.