Los carnavales han empezado en diversos lugares del mundo. Es más que obvio que en el sitio en donde se viven con mayor intensidad es en Río de Janeiro.
En el país de la samba, hay una fiesta interminable durante el día y la noche del mes de febrero. Todas las calles están repletas de carros alegóricos con hermosas mujeres bailando al ritmo de la música.
Diversas personalidades acuden a este gran agasajo. Incluso deportistas de cartel importante como Ronaldo, Adriano y Ronaldinho. Pero quien ganó mayor popularidad en ese contexto fue Romario.
El recordado atacante letal brasileño formaba parte del Barcelona en 1994 cuando se le ocurrió la loca idea de disfrutar por un tiempo breve el carnaval de Río de Janeiro.
La idea le pareció desatinada a Johan Cruyff, entrenador de los culés por aquel entonces. El 'Chapulín' estaba más que ofuscado por la respuesta del holandés. Quería ir de todas maneras a su país natal para liberar el estrés.
A pesar de la negativa, Romario volvió a insistir pero con un nuevo método: un desafío irrechazable. "Una vez me preguntó si podía perderse dos días de entrenamiento para irse al carnaval", confesó Johan Cruyff.
El experimentado adiestrador europeo no creyó que eso fuera capaz de concretarse, por lo que aceptó el reto, el cual terminó perdiendo en un tiempo inimaginable.
"Al día siguiente, Romario anotó su segundo gol a los 20' minutos de juego e inmediatamente me hizo un gesto de cambio. 'Mi avión se va en una hora', me dijo. No tuve más remedio que dejarlo que se vaya. Tenía que cumplir mi juramento", explicó.
Luego de divertirse los días que quiso, Romario regresó extremadamente feliz al complejo deportivo del Barcelona para ponerse bajo las órdenes del comando técnico. A los meses ganaría la Copa del Mundo 1994 con el 'Scratch' y sería elegido el mejor del certamen.