El central del Barcelona Gerard Piqué dijo que lo que es una falta de respeto es "que insulten" a su familia, después de que se le haya recriminado que mandase callar a la afición del Espanyol en el RCDE Stadium tras marcar el gol del empate (1-1).
"Que insulten a mi familia es faltar al respecto. Mandar callar a la gente es una cosa del juego. Es lo mínimo que podía hacer después de todo lo que ha pasado", afirmó.
"¿Mi gesto? Falta de respeto es que me denuncien por decir el Espanyol de Cornellá, porque es una obviedad, y no denuncien a su afición por insultar a mi familia. ¿Cuernos? (en la celebración). No hago cuernos. Mandé callar, es lo mínimo que podía hacer", manifestó el jugador azulgrana a la finalización del partido.
Cuando marcó el gol del empate, Piqué mandó callar a la afición del Espanyol poniéndose el dedo índice en la boca. A los pocos minutos, y en una jugada en el campo azulgrana, el español Gerard Moreno le hizo una dura entrada que provocó cierta tensión entre ambos y otros jugadores, y que continuó en la entrada al túnel de vestuarios tras el partido, lo que el árbitro Jesús Gil Manzano reflejó en el acta.
"Al finalizar el encuentro, cuando entramos en el túnel de vestuarios, nos encontramos con un tumulto de jugadores, oficiales y personal de ambos clubes, discutiendo entre ellos sin observar ningún tipo de agresión", escribió el colegiado en el acta arbitral del partido en el apartado "otras observaciones".
Sobre la tensión en el partido, Piqué dijo: "Los jugadores siempre tenemos responsabilidad por el juego y por todo lo que pasa. Somos personas, reaccionamos por lo que pasa en el terreno de juego. Hay un límite y si los que mandan, son propietarios del club, no dicen nada, no nos quedaremos callados"
"Siempre que venga aquí seré recibido de esta manera, no es algo que me preocupe muchísimo. A seguir compitiendo para ganar la Liga", añadió el defensa azulgrana, y recordó que el centro de la diana de los insultos de la afición del Espanyol no solo es él, sino su familia.
"Son motivos obvios. Buena parte de la afición no se ha dirigido a mí, sino a mi familia", subrayó.
Asimismo, habló de "sarcasmo" cuando, tras el partido contra el Espanyol en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, se refirió al rival como "el Espanyol de Cornellá", localidad donde juega sus partidos, aunque su denominación es RCD Espanyol de Barcelona.
"Es que es muy obvio. Son de Cornellá. Con eso, a lo que me refería era a que (el Espanyol) está cada vez más desarraigado de Barcelona. Tienen un propietario chino, sus consejeros creo que son chinos. Ahora no hace falta que se gasten dinero en todos los periódicos de Cataluña diciendo que no son de China, de España, de Italia o de Tabarnia. Al final son de lo que son", señaló.
"Sé que le dolió (la forma que utilizó para referirse al club blanquiazul). Ya lo sé, pero es que lo que dice la afición duele mucho. Jugué con el sarcasmo e intenté devolvérsela y parece que ha funcionado después que he visto que se han gastado una pasta en campañas", afirmó el jugador azulgrana en alusión a la respuesta que dio tanto el club español como el ayuntamiento de Cornellá de Llobregat para responderle.