24/11/2024

Mario Canessa: Las finanzas del fútbol ecuatoriano bajo la lupa

Sábado 27 de Enero del 2018

Mario Canessa: Las finanzas del fútbol ecuatoriano bajo la lupa

El 2018 arriba con un sistema de campeonato debidamente comprobado.

El 2018 arriba con un sistema de campeonato debidamente comprobado.

@mariocanessa

El 2018 arriba con un sistema de campeonato debidamente comprobado. Un torneo que demanda esforzarse desde el inicio, premia con ser ganador intermedio (primera fase), y de hecho obtiene ir a la final del torneo y además clasificar a la Copa Libertadores del año inmediato posterior. Este sistema goza de la simpatía general. Antes de su aprobación en el Congreso Ordinario, año tras año se probaba un formato diferente; por ejemplo, torneos con liguillas, con puntos y medios puntos de bonificación, o por grupos, o todos contra todos, ganaba quien obtenía la mayor cantidad de puntos, o con descensos y ascensos a mitad del año, etcétera, que terminaron confundiendo a todos. Tema superado desde el momento que se aprobó el actual sistema.

Conociendo que en pocos días se inicia oficialmente la serie A, tengo la impresión que estaremos ante un atractivo campeonato, tanto por las pretemporadas que se han realizado como por las ratificaciones de ciertos jugadores extranjeros, que son atracción del torneo, más los nuevos refuerzos foráneos que están integrándose a sus correspondientes equipos. Desde lo deportivo nos encontraremos al campeón Emelec, con una exigencia que ha tomado mucho cuerpo, aquel sueño de la afición azul que su equipo llegue a instancias superlativas en la Libertadores.

Todos los equipos tienen su propósito. Muchos lo hacen público otros no, tales como ganar el campeonato, o conseguir un cupo en Libertadores, o un puesto en la Copa Sudamericana. Y otros tratar de evitar el descenso y todo ello se logra en la cancha, sumando la mayor cantidad de puntos, así lo entiende el hincha. Pero hay tareas y cuadernos de cargos que hay que saberlos administrar para conseguir las metas propuestas; verbo y gracia, el manejo de las finanzas, tema no menor que termina siendo un factor crucial para la estabilidad del club. En esa tabla valorativa existen los privilegiados, aquellos equipos que gracias a su capacidad de convocatoria, o porque son principales adjudicatarios del favor popular y que piensan que el presupuesto para el ejercicio no puede convertirse en una simple especulación financiera. Es obvio que la primera medida del aficionado es cuánto ganan las figuras de cada equipo, o si la economía del club podrá cumplir con esas facturas mensuales, o si la sumatoria de las obligaciones están a la par de nuestra economía.

Aunque se menciona que comparar es ocioso, la muestra de mercados futboleros con altas cifras circulan en la misma dirección con las economías donde actúan. En el tablero de valores que conocemos está la Liga Premier, que no nos deja de sorprender al saber que el chileno Alexis Sánchez se embolsará la escalofriante suma de 500.000 libras esterlinas semanales. Por supuesto que no llegamos a entender lo suficiente, cuando analizamos si un futbolista merece o no ganar tanto dinero. Lo cierto es que su nuevo equipo, el Manchester United, puede hacerlo gracias al tamaño del mercado del balompié británico, de acuerdo a un informe de la compañía Deloitte, el nuevo club de Sánchez fue líder de ingresos en el 2017 con 581 millones de libras.

Pero cuando regresamos a nuestro país, con el respeto de los esfuerzos dirigenciales y guardando las distancias de la economía, también encontramos futbolistas que ganan $ 50.000 mensuales y uno en particular que rompe todos los records del fútbol ecuatoriano, nos referimos a Hernán Barcos, que ha firmado un contrato por algo más de $ 100.000 dólares, cifra enorme para nuestro medio. Tanto Liga de Quito y Emelec, deben ser las economías menos comprometidas con cuentas altas en el pasivo, lo que les permitiría hacer proyecciones más cercanas a la realidad. A Barcelona se lo siente presionado, con una billetera que tiene cierre y que cada vez que la abre se vuelve complicado cerrarla, y así viven haciendo piruetas en el camino para ir solucionando tantos y cuantos acreedores aparezcan en el camino. Y agréguele el gasto corriente que significa el rol de pagos actual, que no deja de ser pesado y forzado por lo que exige la afición amarilla. Se invoca al departamento de marketing para produzca ilusionismo fino para así llenar estadios, convocar más socios y buscar auspiciantes que se sientan atraídos por esa magia que produce la inmensa popularidad de Barcelona.

Estos tres equipos tradicionales gozan del favoritismo antes del arranque del torneo los demás, con sus propias fortalezas regionales hacen sus cálculos. El Nacional, Deportivo Cuenca, Macará, Técnico Universitario, Aucas y Delfìn son dueños de historias importantes, de vieja data y otras contemporáneas. Sus presupuestos son muy calculados, saben también por experiencia que si no hay triunfos en cancha sus hinchas lo seguirán teniendo en su corazoncito, pero extrañamente sin acompañarlo en el estadio y por ahí comienzan casi siempre los principales problemas.

Y hay tres equipos que no teniendo esas ventajas participan mirando al fútbol desde otra ventana: Independiente del Valle, Universidad Católica y ahora Guayaquil City, que obedecen a una gestión más empresarial, apalancados en la responsabilidad y solvencia de sus dirigentes, aunque no tengan un caudal importante de seguidores. Hay un axioma que aunque no tiene muchos seguidores, pero quienes viven el día a día en la dirigencia del fútbol, saben que la mejor inversión no garantiza ser campeón, pero en nuestro medio sí lo aproxima. La sanidad en las finanzas de los clubes es fundamental para el presente y el futuro. Obtener resultados y logros deportivos, gastando más de lo que se puede, es poner en riesgo todo y a las pruebas nos remitimos: épocas doradas del Deportivo Quito y del mismo Barcelona, se fueron descoloriendo cuando se abrieron los libros y se dieron cuenta que la quiebra era inminente. Ya la historia posterior la conocemos.

No es para nada fácil manejar las cuentas de un club de fútbol porque existen rubros que terminan siendo contingentes de alta volatilidad y que afectan sobre todo a los ingresos presuntivos, como el cálculo realizado en ingresos por taquilla, que al menos en nuestro medio responde al nivel futbolístico que presente el equipo. Los otros rubros de ingresos, como los de patrocinadores, los ingresos por derechos de televisión, el aporte de las cuotas de los socios, los valores por participación en torneos internacionales, la venta o préstamos de derechos deportivos, valores por participación en partidos amistosos, o eventos promocionales son mucho más predecibles. Siendo una de las características principales del presupuesto la estimación de ingresos y de los gastos, el acto de previsión y el equilibrio entre ingresos y egresos termina siendo fundamental. Entre los egresos que se deben tomar en cuenta para racionalizar ese equilibrio están los gastos administrativos, gastos operacionales, roles de pagos del elenco deportivo, los gastos que producen mantener categorías formativas, movilizaciones y gastos de estadía, obligaciones de seguridad social, multas, impuestos y cuentas pasivas, que son las obligaciones pendientes (muchas de ellas vienen represadas de administraciones anteriores) y que por el plazo son de pago inmediato por mandato de la FIFA, FEF o la autoridad competente.

Con estos antecedentes el concepto de que el presupuesto es un instrumento de racionalización financiera en el fútbol termina siendo una herramienta de muy difícil ejecución. Poder amalgamar todos los factores exógenos que afectan al fútbol es una misión compleja que muy pocos la pueden cumplir en nuestro medio.

El refrán popular que reza “Arroparse hasta donde te llegue la cobija” viene como anillo al dedo. Por eso resulta importante la tarea de la Dirección de Concesión de Licencias de la FEF, siempre y cuando ellos privilegien los criterios financieros, administrativos y legales sobre las obligaciones de infraestructura y deportivas. Caso contrario regresaremos a esos traumas que tanto daño han hecho a la imagen del fútbol ecuatoriano. (O)

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