The former teammate of Zidane who could have prevented his expulsion against Italy in 2006 and changed the history of the World Cups.

Final del Mundial Alemania 2006. Iban 3 minutos del segundo tiempo extra. Zinedine Zidane había adelantado a Francia a través de un penal y Marco Materazzi había otorgado el 1-1 parcial para Italia. El destino quiso que los goleadores del encuentro decisivo tuvieran una confrontación que posiblemente haya torcido el rumbo de la historia.

El defensor italiano provocó verbalmente al mediocampista galo, quien le dio un terrible cabezazo en el pecho. El árbitro argentino Horacio Elizondo no pudo observar la agresión, pero fue asistido por uno de sus auxiliares, quien alertado por las repeticiones que mostraban las televisiones instaladas al costado del campo de juego, le comentó lo sucedido.

Finalmente, el referí le mostró la roja a Zidane, en el que fue su último cotejo como profesional, y el desenlace de la historia es conocido: Italia se consagró (5-4) en los penales.

Pero 12 años después, un ex compañero de Zizou señaló a otro como responsable de que el cuerpo arbitral percibiera lo que había pasado y sentenciara la suerte del 10. "Si Wiltord no hubiera parado el balón, el árbitro nunca hubiera tomado la decisión de detener el juego", recordó Willy Sagnol, el lateral derecho francés, en Le Vestiaire de SFR Sport 1.

En el campo de la selección francesa, Claude Makélélé movió rápido la pelota para Sylvain Wiltord en busca de la organización ofensiva, pero el delantero que se desempeñaba en ese entonces en el Olympique de Lyon levantó su brazo izquierdo señalándole a Elizondo que algo había pasado del otro lado de la cancha, donde Materazzi ya estaba caído.

La presencia de Zidane en el terreno no iba a garantizar la victoria de los galos, pero sí hay que mencionar que fue una de las grandes figuras de esa Copa del Mundo, siendo capitán y pieza fundamental en el esquema de Raymond Domenech. Además, era elegido para ejecutar desde los 12 pasos.

Tanto Sagnol como Wiltord acertaron en sus respectivos penales, pero el fallo de David Trezeguet inclinó la balanza a favor de la Azzurra, que alzó entonces su cuarto título mundialista.

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