El entrenador del Manchester City, Josep Guardiola, aseguró hoy que sus futbolistas no se excedieron el domingo en la celebración del derbi, después de que saliera a la luz una trifulca en los vestuarios de Old Trafford entre miembros del City y del United.
De acuerdo con medios locales, el entrenador del United, Jose Mourinho, se acercó a la puerta del vestuario visitante tras la derrota de su equipo por 2-1 en la Liga inglesa y pidió que bajaran el volumen de la música.
Ello derivó al parecer en una fuerte discusión e incluso algunos protagonistas llegaron a las manos. Miembros de City tiraron agua y leche a Mourinho, mientras que el asistente de Guardiola, Mikel Arteta, sufrió un corte en la ceja. La Federación Inglesa está investigando los incidentes.
"Todos los jugadores lucharon para ganar el partido y después se estrecharon la mano", recordó hoy Guardiola en rueda de prensa. "Algunos jugadores del City fueron a celebrarlo con los hinchas y yo les alenté a que lo celebraran también en el vestuario".
"Ganamos un derbi, ¿la gente espera que no lo celebremos? Después pasó lo que pasó y espero que no vuelva a ocurrir", añadió el ex del Barcelona y del Bayern Múnich.
Preguntando por los comentarios de Guardiola, Mourinho evitó entrar en una guerra verbal.
"No estoy aquí para comentar sus palabras, lo único que puedo decir es que para mí fue una cuestión de diferencia. Diferencia de comportamientos, diferencia de educación, únicamente eso y nada más".
Con la victoria, el City dio un golpe a la Premier League y ahora cuenta con 11 puntos de ventaja sobre el United, que es segundo, antes de visitar mañana al Swansea.