Apenas 48 horas después de consagrarse campeón de la Copa Libertadores con Gremio y de ser premiado como el mejor jugador de la final ante Lanús, el brasileño Arthur no tuvo mejor idea que fotografiarse con la camiseta de Barcelona, el club que camina tras sus pasos. La imagen no solo fue una señal del interés mutuo entre el equipo de Lionel Messi y el futbolista, sino también el motivo para que el club brasileño anunciara que demandará a su par catalán por una negociación no permitida.
El mediocampista de 21 años está siendo seguido por Barcelona desde hace meses. De hecho el secretario técnico del club catalán, Roberto Fernández, estuvo el miércoles en el estadio de Lanús para evaluar el desempeño del futbolista en el partido de vuelta de la final de la Libertadores que Gremio ganó 2 a 1 y en el que Arthur debió abandonar el campo a los 6 minutos del segundo tiempo después de recibir una fuerte infracción de Nicolás Pasquini.
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Tras el regreso a Porto Alegre, el futbolista se reunió con el representante para América del Sur de la secretaría técnica de Barcelona, André Cury. En ese encuentro, el dirigente le regaló una camiseta blaugrana y el futbolista se tomó una foto con ella, sonriente y acompañado por su representante, su hermano, su padre y Cury, entre otros.
Arthur escapa de la marca de José Luis Gómez durante el partido de ida de la final de la Copa Libertadores entre Gremio y Lanús. (AP Photo / Wesley Santos)
La imagen rápidamente se divulgó y cayó muy mal en Porto Alegre. “Iremos a la FIFA a acusar al Barcelona, que suele hacer uso de este tipo de cosas en las negociaciones”, sentenció Nestor Hein, responsable jurídico de Gremio, en declaraciones a Fox Brasil.
“El chico seguirá en Gremio. No queremos negociar con Barcelona. Si otro club paga la cláusula, ahí todo bien, pero no es lo que está pasando. André Cury necesita tener noción de quién lleva el negocio”, añadió Hein.
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Gremio es propietario del 60 por ciento de los derechos económicos de Arthur, quien tiene contrato hasta junio de 2018. Ese vínculo incluye una cláusula de rescisión de 50 millones de euros.
Si bien todavía no hubo una negociación formal entre los clubes, es conocido el destino que suelen tener estas gestiones cuando las lleva adelante un club de billetera holgada como el Barsa. Por lo pronto, Arthur no podrá jugar el Mundial de Clubes con Gremio debido al esguince de tobillo izquierdo que le provocó el patadón de Pasquini, por lo que el del miércoles podría haber sido su último partido con la casaca del club gaúcho.