El escenario estaba más que puesto para que los aficionados de la selección olvidaran el grito de "eh, puto" que tantas multas le ha costado a la Federación Mexicana ante la FIFA.
Se cambió la sede del Estadio Azteca a San Luis Potosí, se volvió a realizar una campaña previo al duelo y quizá, el motivo más significativo para demostrar unidad en el país tras los sismos que lo sacudieron en septiembre, no fueron suficientes.
La selección pidió que en vez del polémico grito se lanzara un "Fuerza México" cuando el portero rival despejara, pero esto fue ignorando y en primer saque de meta del arquero trinitario, la expresión homofóbica retumbó en el Alfonso Lastras.