Su grito de “guerra” retumba fuerte y claro.
“¡¡¡1…2… 3…4. Luchar armónicamente, expresar nuestra identidad, ejercitarnos para estar sanos!!!”, sale de sus gargantas al unísono mientras marchan en su mismo lugar y sostienen su “arma” con las manos. Así comienzan su entrenamiento diario, en busca de alcanzar el triunfo en el “campo de batalla”.
Son cientos de niños y niñas de la escuela secundaria número 1 Sanlitun, integrantes del “ejército” de miles de futuros futbolistas que el gobierno de China prepara en más de 20 mil planteles de todo el país como parte de su Plan General de Reforma y Desarrollo del balompié, política de Estado que aplica desde marzo de 2015 en busca de convertirse en potencia mundial y llegar a ser sede de una Copa del Mundo.
El proyecto, apoyado plenamente por el presidente Xi Jinping, fanático del futbol, busca ascender el nivel de la Súper Liga China al de las primeras divisiones de Asia, posicionar a la selección masculina entre las mejores del orbe, regresar al representativo nacional de mujeres, subcampeonas mundiales en 1999, a los primeros lugares, y crear combinados competitivos, desde fuerzas básicas hasta el representativo mayor.
Para lograrlo, China planea tener listas en el año 2020 más de 70 mil canchas en todo el país, y en 2025 contar con 50 mil escuelas y universidades con enseñanza de futbol, con el objetivo de instruir desde la niñez el deporte, que ya es materia obligatoria en los planteles.
El proyecto determina también la unión de diferentes modelos de preparación, como el futbol en los colegios, las escuelas de formación, los clubes profesionales y otras organizaciones del balompié, para potencializar la búsqueda y el adiestramiento de los talentos chinos.
Aunado a lo anterior, a comienzos de este año la Asociación de Futbol de China determinó reducir de cinco a tres el número de jugadores extranjeros en los equipos de primera y segunda división, así como la inclusión de al menos dos jugadores nacionales sub 23 en cada juego, con uno de ellos en la alineación inicial, con el fin de dar mayor fogueo y oportunidades a los talentos del país.
Talentos que ahora se forjan desde los planteles como la secundaria 1 Sanlitun, ubicada en el distrito Chaoyang de Pekín, y que goza de prestigio nacional por ser pionera y modelo en la enseñanza teórica y práctica del fútbol. Un ejemplo de su éxito: durante 2015 y 2016 siete de sus alumnos de bachillerato fueron seleccionados por equipos profesionales de China para sus fuerzas básicas.
Enseñanza innovadora
“La escuela aplica la enseñanza del balompié basada en seis aspectos fundamentales: desarrollo del futbol del campus, enriquecimiento de los recursos docentes, importación de profesionales externos, mejoramiento de instalaciones, garantía de financiamiento y establecimiento de mecanismo administrativo del campus”, explica en entrevista con MILENIO Wang Liru, rectora del plantel.
Fundada en 1963 y con 10 años de experiencia en la enseñanza del futbol, la escuela, que imparte12 años de educación consecutiva, instruye con maneras sumamente innovadoras el deporte: además de la práctica, utiliza manuales y libros de texto en primaria y secundaria, y comienza el entrenamiento al aire libre con “aeróbics de futbol”, con el objetivo de que los menores disfruten de una manera diferente de la clase y se compenetren más en el aprendizaje del balompié.
Además, Sanlitun es la única escuela de Pekín que recluta a jóvenes de secundaria de otros planteles con aptitudes para el deporte más practicado en el mundo y los lleva a prepararse en esa escuela, donde son adiestrados por 11 de los mejores maestros de educación física de Pekín, todos con especialidad en la carrera de futbol, y entre los que destaca el ex jugador profesional y ex entrenador asistente de la selección nacional de China, Jin Zhiyang.
Los jugadores más talentosos, a los que se les ve potencial para sobresalir, reciben dos tipos de entrenamiento: Primero, practican diariamente, de lunes a viernes, durante dos horas después de sus clases. Después, en vacaciones de verano e invierno reciben adiestramiento intensivo. En esos periodos y en los fines de semana participan en torneos y competiciones en diversas provincias e incluso en el extranjero.
La escuela de Sanlitun planea ampliar el reclutamiento de talentos a primaria y bachillerato, y además lograr convenios con universidades para dar continuidad al desarrollo de los futbolistas que egresen de su plantel y mantengan su preparación en la educación superior.
“No es una labor fácil. Sabemos que nuestro nivel en futbol está muy por debajo de las potencias mundiales y el trabajo que realizamos es a largo plazo. En China los menores y adolescentes viven muy presionados por los estudios y no disfrutan el deporte de la misma manera que en Latinoamérica”, admite a MILENIO Jin Zhiyang, quien también es director del comité de expertos de futbol del ministerio de Educación de China.
Para el ex profesional, el impulso del gobierno al futbol tiene un objetivo muy claro: “Si logramos algo en este ámbito, tenemos confianza también para lograrlo con otros deportes. Este proyecto es la base sólida para el desarrollo del balompié en China y si prospera, será ejemplo para el avance en otros aspectos.
“En China, base se escribe con dos caracteres: uno significa raíz, otro significa principio. Eso explica perfectamente a lo que tenemos que prestar más atención: la raíz (la educación y popularización del futbol) y el principio (el éxito del balompié chino)”, concluyó Jin Zhiyang.
Así, en un país donde los máximos ídolos futbolísticos son extranjeros (Lionel Messi y Cristiano Ronaldo) y donde una mínima parte de sus mil 300 millones de habitantes practica el soccer, la lucha por conquistar las canchas del mundo está en marcha desde la educación básica y con un objetivo muy claro: llevar a China a ser líder, también, en el futbol mundial.