¿Por qué defiende el uso de la tecnología en los arbitrajes?
El fútbol está cambiando por la necesidad de dar respuestas al juego moderno. El reglamento cambiará porque es el progreso y no tiene retorno. Históricamente se dejó en manos de la persona humana, el árbitro, la responsabilidad de ser garante del cumplimiento de las normas. Ahora con las imágenes de televisión se comprobó que esa persona tiene limitaciones y no alcanza para dar respuesta a esas necesidades de impartir justicia. Gracias a las nuevas tecnologías vemos las barbaridades que cometen los árbitros. Ya no sólo podemos interpretar como sospechas.
¿Por qué cree que ya con el árbitro no es suficiente?
Te pongo un ejemplo. El árbitro ve la jugada del codazo de Jara y no sanciona la expulsión. Acude a la televisión y refuerza el error: sanciona con tarjeta amarilla. Nos sentimos vulnerados. Cuando vemos el penalti no sancionado a Chile, nos deja insatisfechos; el VAR debió haber intervenido. Es inaceptable que el árbitro iraní no quisiera modificar la sanción.
¿El problema son los árbitros o el sistema?
Todo el sistema está bajo sospecha. Esto no va más. Hay un paradigma de conducta arbitral que está en crisis y debe aparecer otro paradigma que lo reemplace. El arbitraje futuro será muy distinto. La intervención humana va a quedar relegada y eso no le importará al progreso porque es amoral y no entiende de ética. Avanza. A ninguna empresa de ropa deportiva le interesa perder una final de Copa del Mundo por un error del árbitro. Desde el punto de vista comercial es un absurdo. Y también desde el punto de vista que lesiona la inversión afectiva en el fútbol y que aumenta los niveles de intolerancia y violencia en los pueblos. No quiero que el fútbol sea un vehículo de transmisión de mensajes autoritarios e ilegítimos de un modelo de corrupción en el que una persona o un equipo fuera de la ley termina obteniendo un resultado por fuera de la justicia. Los árbitros han llegado a su techo de posibilidades, pero la demanda de justicia sigue siendo la misma, por eso es tan importante la tecnología, para proteger al habilidoso y sancionar bien.
¿Qué piensa sobre la utilización del VAR?
El VAR es una herramienta. Lo que realmente importa es el criterio con el que la van utilizarlo, que no está del todo claro. Lo que importa es el criterio de los humanos. Por ejemplo, en la Copa Confederaciones se estableció un protocolo de cuatro acciones en las que intervendría el VAR. Una eran los penaltis dudosos. Y en el penalti a Chile debieron intervenir y no lo hizo. Y es ilusorio que sea el árbitro el que intervenga y pida la imagen de la televisión porque él mismo se expondría así al error de su fallo. La instancia del VAR debería ser superior a los árbitros que están en el campo de juego. Por eso digo que falta definir aún qué poder de determinación debieran tener quienes utilizan el VAR y debería ser superior al árbitro, porque tiene la posibilidad de ver más acciones de juego completas.
¿Por qué cree que no se clarifican los protocolos de utilización del VAR?
Porque dependemos de los criterios de la FIFA. En este momento la FIFA, salpicada por el gran escándalo de corrupción, tiene que ser consciente de la necesidad imperiosa de acudir a la transparencia. Pero toma decisiones que contribuyen a la opacidad y a la sospecha. Y afectan al espíritu lúdico del juego. Debe devolverle al espectáculo del fútbol la previsibilidad jurídica, que no se va a dejar nunca más al libre albedrío de un árbitro iraní de si señala un penalti o no. O a un árbitro serbio una roja directa.
¿Por qué cree que no hubo árbitros sudamericanos en la final de la Copa Confederaciones?
La designación de los árbitros constituye un acto político porque representan a las confederaciones a las que pertenecen. Son designaciones políticas. En una final como la de Copa Confederaciones, entre Alemania y Chile, debió haber árbitros sudamericanos. En Sudamérica los árbitros están al mismo nivel que los europeos.
¿A qué se refiere?
A que es un acto de arbitrariedad que muestra cómo se manejan las designaciones. Es un acto opaco en una FIFA que necesita ser transparente. Si debo creer en la honestidad de los árbitros europeos que FIFA demuestre también con hechos por qué no creyeron en la honestidad de los árbitros sudamericanos para designarlos en la final. Y CONMEBOL sugestivamente no defendió a los árbitros de su continente.
¿Qué le pareció la sanción a Messi con Argentina?
Fue una barbaridad. Debió jugar hasta que su caso se analizara con detalle y tuviera una condena, pero fue al revés. Primero le condenaron sin pruebas suficientes y sin la presunción de inocencia. Fue exagerado cuatro partidos. Un despropósito supremo.