23/12/2024

"Chile genera admiración", por Julio Vizcarra

Viernes 30 de Junio del 2017

Ya en la última Copa del Mundo la Roja dio luces de lo que se venía al dejar fuera del certamen a la España multicampeona

Ya en la última Copa del Mundo la Roja dio luces de lo que se venía al dejar fuera del certamen a la España multicampeona

A pesar de que tendrá al frente a Alemania, es poco probable que alguien no piense en Chile como campeón de la Copa Confederaciones. El equipo de Juan Antonio Pizzi ha dado un golpe de autoridad en el torneo que se realiza en Rusia, que sirve como antesala al Mundial 2018 donde el seleccionado sureño debería llegar con rótulo de favorito para levantar el trofeo.

Y no es jalado de los pelos pensar en ello. Chile ha demostrado una evolución sin igual en cada campeonato en el que participó. Ya en la última Copa del Mundo la Roja dio luces de lo que se venía al dejar fuera del certamen a la España multicampeona de Xavi, Iniesta y compañía. Y aunque fue eliminada por Brasil, el anfitrión que en semifinales fue apabullado por Alemania, la sensación que quedó fue que se estaba transitando por el camino correcto y muy cerca de ese salto de calidad definitivo. El bicampeonato en la Copa América (2015 y 2016) terminó por coronar el trabajo a largo plazo que se realizó en el país sureño.

El proceso ha sido largo, con más de un técnico de turno. Hace 10 años, se apostó por Marcelo Bielsa, quien le cambió el chip al jugador chileno, así Arturo Vidal trate de negarlo delante de la prensa: “Bielsa no tuvo nada que ver. El cambio de Chile fueron los entrenadores que nos hicieron campeones”. Quien sí lo reconoce es su sucesor, Claudio Borghi. El argentino fue contundente y le dio todos los méritos al ‘Loco’. “Bielsa hizo mucho por el futbolista chileno. Fundamentalmente, le hizo entender que podía jugar en todos lados igual”.

Tras Bielsa y Borghi asumieron Jorge Sampaoli y luego Pizzi, con quienes llegaron los títulos de la Roja. Sin embargo, más allá de los estilos que cada entrenador implantó, la idea que no escapó a los ojos de nadie fue esa personalidad y confianza de jugarle a cualquier selección de tú a tú; sin miedos y con la convicción del que se siente mejor que su rival. Obviamente, esa intención habría sido imposible sin un buen material humano.

Arturo Vidal, Gary Medel, Alexis Sánchez, Claudio Bravo, Gonzalo Jara, Jean Beausejour, Marcelo Díaz, Charles Aránguiz y Eduardo Vargas son algunos nombres de los jugadores que hicieron más grande a este Chile. Con una base de futbolistas ya ganada, el objetivo fue protegerla y mantenerla. Se pudo romper en la Copa América del 2015 cuando Vidal estrelló su auto, pero Sampaoli se encargó de evitarlo.

Así, después de 10 años en el que empezó este proceso que cambió la historia del fútbol chileno, la Roja está a puertas de jugar su tercera final consecutiva. Todo un mérito para una selección que no es Brasil ni Argentina pero que ahora está a la altura de ambas, o incluso encima que la Albiceleste. Este domingo contra Alemania podría volver a celebrar, aunque el gran objetivo será el Mundial del próximo año en el que Chile, por madurez, mentalidad y tiempo podría tocar literalmente el cielo –en forma de copa– con las manos. Mientras que eso sucede, no estaría mal interesarnos y mirar de cerca el ejemplo del país vecino; que más que causar odios genera admiración.

Ver noticia en El Comercio: DT

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