19/12/2024

"Todos cambian, menos Gianluigi Buffon", por Diego Coloma

Jueves 13 de Abril del 2017

A los 21 minutos y 32 segundos en Turín, Paulo Dybala había terminado de conectar su pie izquierdo con el balón para dejarlo dormido en las redes del arco de Ter Stegen. Antes había pasado muy cerca de Piqué y antes que rematará la había llevado Mandzukic por la banda junto a la marca de Sergi Roberto.

A los 21 minutos y 32 segundos en Turín, Paulo Dybala había terminado de conectar su pie izquierdo con el balón para dejarlo dormido en las redes del arco de Ter Stegen. Antes había pasado muy cerca de Piqué y antes que rematará la había llevado Mandzukic por la banda junto a la marca de Sergi Roberto.

A los 21 minutos y 32 segundos en Turín, Paulo Dybala había terminado de conectar su pie izquierdo con el balón para dejarlo dormido en las redes del arco de Ter Stegen. Antes había pasado muy cerca de Piqué y antes que rematará la había llevado Mandzukic por la banda junto a la marca de Sergi Roberto.

Ni el Barza ni el Real: Paulo Dybala renovó con la Juventus

Así fue el segundo gol de la Juventus: el que encaminó a la victoria final y el que terminó por desesperar a Luis Enrique en el banco –véase video adjunto-. ‘La Joya’ había puesto, con dos remates con la izquierda, al Barcelona contras las cuerdas y de rodillas. Era solo el desenlace sincero que nos dejaba el fútbol –justicia le decimos muchas veces-. Sin embargo, la victoria de la Juventus se había generado antes. Exactamente un minuto y quince segundos antes.

Lionel Messi hizo el papel de Iniesta y viceversa. A casi treinta metros del arco, y con la marca de Khedira, el argentino llevaba el balón con esa zurda exquisita –siempre pegada al pie-. Por el lado izquierdo, atrás de los defensores italianos, comenzaba a correr Iniesta. Eran los veinte minutos y trece segundos del primer tiempo. En menos de dos segundos, el balón ya había sido acariciado por Messi, había pasado entre los defensores de la Juventus y se disponía a encontrarse con el pie derecho de Iniesta al borde del área chica. Iba a ser, como nos tienen acostumbrados ambos jugadores, una poesía al fútbol. Fue ahí donde el héroe italiano, Gianluigi Buffon, que disputaba su partido 1003, sacó la mano izquierda para mandar el balón al tiro de esquina.

Es que, si alguna conclusión más deja el Juventus-Barcelona del pasado martes, es que todos cambiamos menos Gianluigi Buffon.

No da sentido en discutir lo que ahora son y valen Lionel Messi y Andrés Iniesta. Porque en esa jugada del minuto veinte, todo lo hicieron bien. La asistencia de la ‘Pulga, el control de Iniesta y su definición en primera. Tan igual como lo han hecho antes y lo van a hacer siempre. Esa conexión donde, en el normal de los casos, el arquero va al fondo del arco a recoger el balón mientras las cámaras se van con el autor del gol. Debería haber ocurrido así, si es que no estaba Gianluigi Buffon.

Juventus venció con tres goles al Barcelona y podríamos decir que su clasificación está segura. Pero lo épico en el Camp Nou hace un mes hasta el PSG hace pensar que cualquier cosa puede pasar. “La vida me enseñó algo nuevo aquella noche. Cuando crees que ya lo habías visto todo, que la vida y tu trabajo te den algo así es muy bueno. Ojalá se haya acabado ya su suerte", dijo antes del partido Gianluigi Buffon. La suerte que necesita la ‘Vecchia Signora’ es la de contar todavía en el arco con el arquero milenario. Pues, que lo demás siga cambiado.

Ver noticia en El Comercio: DT

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