En 2009 el FC Barcelona acababa de conquistar su primer Triplete, con Pep Guardiola en el banquillo. Eran tiempos felices para el club, apenas se notaba todavía la crisis económica. En aquel verano llegaría Zlatan Ibrahimovic por Samuel Eto’o, además de otros jugadores como Maxwell al equipo.
Pero hubo también un fichaje que costó 14 M€ del que nadie se acuerda. Porque no llegó a debutar. Nos referimos a Keirrison, cuya imagen más significativa como culé, por no decir la única, fue la suya posando en el escudo antes de firmar su contrato. Después sería cedido al Benfica y a la Fiorentina, donde apenas jugó 18 partidos entre ambos clubes.
Aquí acabó su experiencia en Europa, en un primer momento, ya que en enero probaba fortuna en el Arouca luso. Pero antes de llegar a este punto, el ex del Palmeiras pasó por el Santos, Cruzeiro, Coritiba y Londrina de la segunda división brasileña. En ninguna de esos equipos anotaría más de 9 goles en una misma temporada.
Ahora apenas ha sumado 1 minuto en Portugal y a sus 28 años su carrera deportiva se encuentra una vez más estancada. Tanto que es inevitable preguntarse de nuevo qué vieron en el cuadro culé hace ocho años para desembolsar tal cantidad por su fichaje. Cosas del fútbol.