La historia de un hombre llamado David que tomó una piedra y la tiró con honda hasta dejar herido de muerte a un filisteo de nombre Goliat quien cayó tendido sobre su rostro en la tierra, no parecía sino un cuento increíble que coqueteaba con la fantasía. O al menos eso parecía hasta que el 14 de diciembre de 2015, el modesto Leicester City logró vencer por 2-1 al vigente campeón de la Premier League, Chelsea, para dar un paso más hacia la consecución de uno de los hitos más grandes que se recuerden en el devenir del fútbol moderno.
Al principio de la temporada 2015-2016, los casinos pagaban 2000 a 1 para quien apostara a que los Foxes del entonces entrenador italiano Claudio Raineri se llevarían el título de una de las ligas más importantes del balompié mundial. Pero contra todo pronóstico el Leicester logró coronarse luego de 132 años de intentos fallidos por derrocar el imperio de unos cuántos.
Lo hizo con una plantilla tasada en 127 millones de euros, siendo el equipo con el noveno peor valor en el mercado inglés esa campaña, o en otras palabras, con una diferencia de 368.75 millones menos que el plantel del Chelsea, club al que aquel día de mediados del último mes de 2015 logró vencer con el ahora jugador del Charlotte FC, Christian Fuchs en el campo.
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Luego de destruir con los Foxes todo cuento de Cenicienta y reescribir la historia de un campeonato secuestrado por una élite de equipos adinerados, el austriaco lateral —que terminó con marca de 1-1-3 ante el Chelsea durante su estadía de seis temporadas en Inglaterra— ahora busca protagonizar una narrativa similar, pero con el guion adaptado a los estándares hollywoodenses que matizan la MLS. Fichado para esta temporada por la franquicia de expansión con sede en Carolina del Norte, el nacido en Neunkirchen hace 36 años es el gran líder del club que larga octavo con 26 puntos en la Conferencia Oeste, en puestos de Playoffs y con la fe intacta.
Una pausa del Charlotte para enfrentar al Chelsea
Pero antes de continuar con su peripecia en la máxima liga de fútbol en Estados Unidos, el Charlotte FC ha hecho una breve pausa para celebrar el primer partido de corte internacional en su fuerte, el Bank of America Stadium, donde presume una envidiable marca de siete triunfos y tres derrotas (7-3) en el campeonato, gracias a la mística generada por una afición que está por romper los pronósticos de asistencia promedio para los partidos de esta campaña en Queen City.
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Y es que, de no ser por los 37,701 aficionados en promedio por juego al paso de sus primeros 10 partidos como local —segundo mejor registro en toda la MLS—, el Charlotte FC muy probablemente no estaría en el lugar en el que está, tomando en cuenta que según datos de la MLS Players Association, el equipo de las Carolinas posee la segunda escuadra menos onerosa de la liga, aun cuando presumió tener un alto presupuesto para construir un equipo competitivo.
Es así que, con sus limitadas fuerzas enfocadas en mantener el caótico ritmo de una liga a la que apenas se acoplan con todo y el despido hace unas semanas de su entrenador, el español Miguel Ángel Ramírez, los Caballeros de la Reina intentarán dejar una huella para la posteridad cuando se enfrenten al equipo de los Blues, que dirigidos por Thomas Tuechel, recién hace un año se coronaron campeones de la UEFA Champions League y recién finalizaron segundos en la Premier League.
“Este es un gran partido para jugar por el club, jugar contra uno de los mejores equipos del mundo con algunos de los mejores jugadores del mundo”, dijo el director técnico interino de Charlotte FC, Christian Lattanzio en conferencia de prensa. “Es una situación dual en la que estamos. Queremos probar ciertas cosas, pero al mismo tiempo, también disfrutar el momento de conocer a uno de los mejores clubes del mundo”.
Es así que el Bank of America Stadium será el escenario donde se desarrolle una nueva versión de aquella mítica afrenta entre David y Goliat. Un duelo que ha levantado expectativa en la comunidad de Queen City, toda vez que se espera a unos 50,000 fanáticos en las gradas del inmueble ubicado en el corazón del Uptown.
“Este juego para nosotros es muy emotivo porque es la primera vez que juega con un equipo extranjero que no es de MLS y Chelsea es un equipo muy importante y nos da mucha curiosidad cómo terminará el juego, esperemos que ganemos pese a ser amistoso, pero nos gustaría ver y medir el nivel de Charlotte FC con un equipo inglés”, comentó a La Noticia ‘El Vikingo’, líder animador de la barra latina Blue Furia. “Nada especial preparado, pero vamos a ir a apoyar al equipo, muchos iremos como siempre a alentar y apoyar y cantar igual de fuerte”.
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Pulisic vuelve a las Carolinas
Para aderezar aún más este histórico encuentro, destacará la presencia del seleccionado estadounidense Christian Pulisic, el llamado chico de oro del US Team y el número 10 del Chelsea. Pero, a diferencia de sus compañeros, no será la primera vez que se asome en el estadio de la Ciudad Reina. Pulisic jugó en el Bank of America Stadium con su antiguo equipo, el Borussia Dortmund, en 2018 durante un amistoso contra el Liverpool.
Finalmente, también destacará la presencia de Raheem Sterling, el último fichaje de los Blues, quien se ha unido al club londinense procedente del Manchester City y hará su debut con la equipación azul ante el Charlotte FC. Con una diferencia de más de 800 millones de dólares entre cada plantel, el partido promete ser un verdadero termómetro para conocer la realidad de un equipo que apenas aprende a bailar al ritmo de su liga.
“Es muy importante porque nos estamos midiendo podría decirlo, con fuerzas superiores en comparación con MLS, Chelsea es de los equipos más grandes del mudo y enfrentarnos con ellos pese a ser amistoso es medirnos de tú a tú con Chelsea”, puntualizó el barrista latino.