Manchester City y Liverpool jugaron el partido que detuvo al mundo del fútbol dominical. La lucha por la punta de la Premier League terminó en un empate eléctrico 2-2 que dejó la tabla igual: el City líder, con un punto más que el Liverpool cuando quedan siete partidos y todo apunta que la definición de la corona inglesa sea un remate en tierra derecha, a pleno galope de victorias de ambos, en un cabeza a cabeza entre, quizás, los dos mejores equipos del planeta en el momento, entre dos purasangres del fútbol de más alto nivel y calidad.
Un lujo de partido con acciones en las dos áreas, atajadas, con juego en corto y en largo, a toda velocidad y enmarcado por la presión, ese concepto que está en boga, pero que es muy viejo en el fútbol. A eso, muchos lo llaman fútbol moderno. Yo, más bien, le diría el fútbol de moda.
Fue un partido de suma intensidad, sin respiro, sin pausa, que, seguro, hizo que un espectador sentado frente a la TV quemara mínimo 600 calorías y solo viendo. ¡Calculen, pues!
Me hizo reír un trino de una cuenta de mamaderas de gallo futboleras: “En 20 minutos ya hemos visto más fútbol que en un año de FPC (fútbol profesional colombiano)”, escribió ‘Gol garragol’. Y entre chiste y chanza, como los paisas, pues hasta razón tienen en su exageración, pues acá en la Liga nuestra los partidos son muy lentos, interrumpidos, se juega con parsimonia, los futbolistas están más pendientes de la artimaña, de sacarles ventajas a los árbitros y a ser más machitos y vivos que el rival, y los técnicos se preocupan más por no perder que por ganar. Por eso, quizás, el promedio de gol por partido es bien bajito.
Les decía que la presión que está tan de moda, el viejo pressing, es un concepto estratégico (ojo, no táctico) que cobró fuerza de verdad hace 50 años, hace medio siglo con el Ajax holandés y la Selección de ese país, ambos del genial técnico Rinnus Michels.
Pongámoslo en términos sencillos: la presión en el fútbol es incomodar al rival, acosarlo, marcarlo de cerca, ir por él, cerrarle espacios con el fin de recuperar la pelota lo más rápido posible.
Ahora está de moda hacer esta presión en campo rival, en la misma salida de juego del rival, incluso en la propia área chica del rival y sus inmediaciones. Por hacerla en esa zona del campo es que los ‘intelectuales del juego’ la llaman ‘presión alta’.
La sensacional y famosa Selección Colombia de los 90, dirigida por Francisco Maturana, tenía como una de sus armas la presión a los costados para evitar que le levantaran centros.
La presión, el pressing, es una manera de aplicar el popular concepto de que la mejor defensa es el ataque, pues la recuperación de la pelota (principio defensivo) se hace ahora muy cerca del arco contrario (alta), para intentar anotar tan pronto se tenga el balón. Es, por decirlo así, una defensa al ataque. Como la bautizo el genio Michels hace 50 años: el forcingchecking, una palabra que no tiene traducción al español, pero que se refiere al concepto de atacar defendiendo o defenderse atacando. Algo así.
El City y el Liverpool son los dos equipos más caros de la lujosa Premier League. El valor sumado de sus plantillas (¡1.859 millones de euros!) equivale, mal contado, ¡a 7 veces y medio al valor de todos los equipos de nuestra Liga!
Pero ese no es el punto. El punto es que ver su manera de jugar sí nos hace ver que acá se juega a otra cosa, pensando en otra cosa. Mientras allá el fútbol es una olla a presión, acá estamos en la olla...
MELUK LE CUENTA...
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta
Manchester City y Liverpool jugaron el partido que detuvo al mundo del fútbol dominical. La lucha por la punta de la Premier League terminó en un empate eléctrico 2-2 que dejó la tabla igual: el City líder, con un punto más que el Liverpool cuando quedan siete partidos y todo apunta que la definición de la corona inglesa sea un remate en tierra derecha, a pleno galope de victorias de ambos, en un cabeza a cabeza entre, quizás, los dos mejores equipos del planeta en el momento, entre dos purasangres del fútbol de más alto nivel y calidad.
Un lujo de partido con acciones en las dos áreas, atajadas, con juego en corto y en largo, a toda velocidad y enmarcado por la presión, ese concepto que está en boga, pero que es muy viejo en el fútbol. A eso, muchos lo llaman fútbol moderno. Yo, más bien, le diría el fútbol de moda.
Fue un partido de suma intensidad, sin respiro, sin pausa, que, seguro, hizo que un espectador sentado frente a la TV quemara mínimo 600 calorías y solo viendo. ¡Calculen, pues!
Me hizo reír un trino de una cuenta de mamaderas de gallo futboleras: “En 20 minutos ya hemos visto más fútbol que en un año de FPC (fútbol profesional colombiano)”, escribió ‘Gol garragol’. Y entre chiste y chanza, como los paisas, pues hasta razón tienen en su exageración, pues acá en la Liga nuestra los partidos son muy lentos, interrumpidos, se juega con parsimonia, los futbolistas están más pendientes de la artimaña, de sacarles ventajas a los árbitros y a ser más machitos y vivos que el rival, y los técnicos se preocupan más por no perder que por ganar. Por eso, quizás, el promedio de gol por partido es bien bajito.
Les decía que la presión que está tan de moda, el viejo pressing, es un concepto estratégico (ojo, no táctico) que cobró fuerza de verdad hace 50 años, hace medio siglo con el Ajax holandés y la Selección de ese país, ambos del genial técnico Rinnus Michels.
Pongámoslo en términos sencillos: la presión en el fútbol es incomodar al rival, acosarlo, marcarlo de cerca, ir por él, cerrarle espacios con el fin de recuperar la pelota lo más rápido posible.
Ahora está de moda hacer esta presión en campo rival, en la misma salida de juego del rival, incluso en la propia área chica del rival y sus inmediaciones. Por hacerla en esa zona del campo es que los ‘intelectuales del juego’ la llaman ‘presión alta’.
La sensacional y famosa Selección Colombia de los 90, dirigida por Francisco Maturana, tenía como una de sus armas la presión a los costados para evitar que le levantaran centros.
La presión, el pressing, es una manera de aplicar el popular concepto de que la mejor defensa es el ataque, pues la recuperación de la pelota (principio defensivo) se hace ahora muy cerca del arco contrario (alta), para intentar anotar tan pronto se tenga el balón. Es, por decirlo así, una defensa al ataque. Como la bautizo el genio Michels hace 50 años: el forcingchecking, una palabra que no tiene traducción al español, pero que se refiere al concepto de atacar defendiendo o defenderse atacando. Algo así.
El City y el Liverpool son los dos equipos más caros de la lujosa Premier League. El valor sumado de sus plantillas (¡1.859 millones de euros!) equivale, mal contado, ¡a 7 veces y medio al valor de todos los equipos de nuestra Liga!
Pero ese no es el punto. El punto es que ver su manera de jugar sí nos hace ver que acá se juega a otra cosa, pensando en otra cosa. Mientras allá el fútbol es una olla a presión, acá estamos en la olla...
MELUK LE CUENTA...
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta