Se dice aquí en México, coloquialmente, que cuando alguien habla bien de una persona le “está haciendo la barba” y desde Francia literalmente eso hicieron con André-Pierre Gignac en uno de los diarios más famosos de aquel país.
Y es que Le Figaro (El Barbero o El Peluquero), uno de los periódicos más longevos del país galo, fundado en 1826, a través de su Magazine (Revista) Le Figaro publicó ayer un reportaje que habla del goleador histórico de Tigres y sus andanzas en México desde el 2015.
El título del artículo es: “El francés convertido en leyenda en México”.
La historia, escrita por el corresponsal Charles Jaigu y acompañada por las fotografías de Olivier Coret, se centra previo al juego de Tigres contra Chivas, por la Jornada 5 del Apertura 2024, jugado el pasado 24 de agosto y que terminó empatado 1-1 y donde El Bómboro marcó el gol de la igualada, pero además falló un penalti.
“El portero iba vestido de negro y eso me distrajo. Había hombres de seguridad vestidos de negro detrás de él”, se señala en la nota como un dato curioso que les contó André más tarde después del juego ante Chivas, de lo que su primera falla en un tiro penal en dos años.
Durante varias semanas el reportero y el fotógrafo acudieron diariamente a los entrenamientos del equipo felino, a la casa de Dedé en el municipio de San Pedro, para dar cuenta del día a día del goleador galo que dejó la Ligue One en el 2015 para emprender lo que la prensa de aquel país llamó: un retiro exótico.
La narrativa de la nota hace especial énfasis en el ambiente que se vivió en el Volcán Universitario era tarde-noche de agosto, donde más de 40 mil aficionados cantaron el tradicional “¡La, la, la, la, la, la, la, la, Gignac!”, después del penalti errado, algo que entendían que era porque el francés es una leyenda viviente del club auriazul.
¡Y vaya que lo es! Luego de nueve años y medio André-Pierre Gignac ha marcado un total de 214 goles con la camiseta felina en todas las competencias, ha conseguido cinco títulos de Liga, cuatro Campeón de Campeones, una Concachampions y dos Campeones Cup, además de haber sido finalista en Copa Libertadores y Mundial de Clubes, donde fue el mejor goleador en el 2021.
Un día después del partido contra el Guadalajara, el reportero Charles Jaigu y el fotógrafo Olivier Coret estuvieron en la casa de Gignac en San Pedro, y dan cuenta de una frase que les dijo el casaca 10 felino sobre lo que significa vivir en el municipio más rico de América Latina.
“No soy nada comparado con la gente rica de por aquí, pero tengo suerte de estar aquí”, les dijo, para después explicarles cuál ha sido la clave para su éxito y haber encajado tan bien en un país muy diferente al suyo.
“Me ayudó mi lado gitano: en casa, mi madre hablaba un dialecto español, y mi bisabuela era cubana”, recalcó Gignac a los corresponsales de Le Figaro Magazine, quienes en el texto del reportaje lo comparan con el polémico Eric Cantona, por la idolatría que ha generado entre la afición de los Tigres.
“Me encanta México y he adoptado la nacionalidad mexicana, pero sigo siendo francés hasta la médula. Cuando canté “La Marseillaise” para la selección francesa, me dieron escalofríos. Tenemos un país extraordinario, un país magnífico, uno de los más bellos del mundo, y debemos estar orgullosos de él, se lo digo desde aquí”.
La charla con André finaliza con lo que el francés siente sobre sus últimos años de futbolista, de cómo la pasión que se vive en El Volcán y alrededor del equipo lo ha mantenido con el tanque de gasolina lleno.
“Si estuviera en Estados Unidos, lo habría dejado hace mucho tiempo. Allá no hay pasión, el público viene a ver un espectáculo, no a ver futbol. Fuera de Nápoles y Marsella, el público no es el mismo que antes. Las entradas son más caras y hay menos gente que vive el partido. Los espectadores están sustituyendo a los aficionados”, manifestó el ídolo máximo de los Incomparables.
Sin duda, André-Pierre Gignac sigue dando de qué hablar, sigue llamando la atención porque continua vigente con sus goles y liderazgo en unos Tigres que han vivido unos años dorados desde su llegada en el 2015, casi 10 años en los que ha demostrado que no se vino a retirar sino a dejar un auténtico legado… al grado que hoy Le Figaro vino hasta acá a “hacerle la barba”.
MGC