Ante el Shakhtar, por la cuarta fecha de la fase de grupos de la Champions League, el FC Barcelona vivió una de esas noches que quedarán en la memoria. No precisamente por una victoria resonante, sino por las decisiones drásticas que tomó Xavi Hernández. En el enfrentamiento contra los ucranianos, que terminó 1-0 en contra, el entrenador egarense optó por realizar un cambio cuádruple que rara vez se ve en el mundo del fútbol, sustituyendo a cuatro jugadores que, a día de hoy, parecen haber perdido su estatus de titulares en el equipo catalán.
El primero en sentir el rigor del cambio fue Marcos Alonso. El madrileño desempeñó el rol de carrilero izquierdo en el partido contra el Shakhtar, pero su actuación fue catalogada como nefasta en todos los aspectos. El lateral no brindó seguridad defensiva y no contribuyó en la faceta ofensiva. La distancia entre él y Alejandro Balde, quien tampoco está en su mejor momento, parece abismal en el campo de juego, ya sea en LaLiga o a nivel internacional.