La defensa fue la gran fortaleza del Barça la temporada pasada y ahora tras nueve jornadas adolece de solidez y es su peor arranque desde 2019.
BARCELONA -- El Barcelona recibirá el domingo al Athletic con una estadística apabullante a su favor (18 victorias y 3 empates en sus últimos 21 duelos de Liga en terreno azulgrana) y una mueca de preocupación en el staff técnico: en las primeras 9 jornadas de esta temporada ha recibido 10 goles, una cifra que tardó 31 fechas en encajar el pasado curso.
De hecho, es su peor inicio liguero, defensivamente hablando, desde 2019 y si la pasada campaña a estas alturas había dejado a cero la portería de Ter Stegen en siete ocasiones y encajado cuatro goles, ahora solo lo ha hecho en cuatro partidos.
El Barça de Xavi fundamentó el título liguero de la última temporada en su solvencia defensiva. Terminó la Liga (38 fechas) encajando 20 goles, pero es que en las primeras 33 jornadas apenas había recibido 11 dianas y solo fue a partir de saberse campeón matemático que relajó aquella excepcional seguridad atrás.
Koundé en la banda derecha, Balde en la izquierda y la pareja Araújo-Christensen formaron una zaga prácticamente inexpugnable en la que tuvieron también protagonismo, más limitado, Èric García, Jordi Alba, Sergi Roberto y Marcos Alonso, siendo apenas anecdóticos Piqué hasta su retirada en noviembre y Bellerín hasta su marcha al Sporting de Portugal en enero.
La incorporación de Joao Cancelo e Íñigo Martínez prometía aumentar más si cabe ese poder defensivo... Y, sin embargo y a pesar del excelente impacto del lateral portugués, el muro se ha resquebrajado. Ofensivamente hablando los números son calcados a la pasada campaña, habiendo marcado 21 goles en nueve jornadas, pero la diferencia se aprecia atrás.
Y motiva que si entonces se llegó a la novena fecha (cuando el Barça perdió el Clásico del Bernabéu por 3-1) habiendo encajado solo un gol y liderando la tabla con 22 puntos, ahora el Barça sea tercero en la clasificación, con un punto menos (una diferencia apenas apreciable) pero observando con cierta incomodidad que el Madrid de Ancelotti ha rebajado sus concesiones defensivas, habiendo recibido seis goles a pesar de la baja, trascendental, de Thibaut Courtois.
Con Koundé lesionado e Íñigo infrautilizado, el reto de Xavi es ahora sumar de tres en tres... Pero con especial atención a mejorar su faceta defensiva, que de forma indirecta se ha resentido por la lesión de Frenkie de Jong, cuya baja ha aumentado la tarea de Romeu, roto el equilibrio en el centro del campo y provocado lagunas en cuanto al posicionamiento de contención que acaba afectando a la zona más atrasada.
Eso y, también, hallar otro equilibrio: el de la capacidad ofensiva de Cancelo por la derecha y Balde por la izquierda, necesitados de buenos colaboradores para taparles la espalda y no sufrir al recuperar la posición.
No es poca la tarea que le espera a Xavi...