Sorprendió a los cazatalentos de La Masía y muchos pensaron que era el sucesor de Lionel Messi. Pero luego de deambular en algunos equipos, por ahora la historia como futbolista le dejó a Lee Seung-Woo un manto de incertidumbre, tras haber quedado libre del modesto club belga Sint-Truden a los 23 años.
A sus 12 años, Lee atrajo la atención del ojeador del Barcelona Albert Puig, cuando acabó como el máximo anotador en la Danone Nations Cup de 2010, un torneo de fútbol para jóvenes, disputado en Sudáfrica. Tras ello, el equipo coreano fue invitado a participar en un torneo amistoso, la Copa Cataluña-Corea, que organizó una peña del Barcelona y que ganó el conjunto asiático; en consecuencia, el joven fue incorporado por el Barça.
El surcoreano empezó a lucirse en las Inferiores del equipo catalán y por su centro de gravedad, velocidad para la gambeta y precisión para definir, empezó a ser comparado por Messi, al que pudo conocer, cumpliendo uno de sus sueños. También alcanzó a compartir momentos con otras figuras de élite como Luis Suárez.
Sin embargo, más tarde Lee y otros ocho jugadores de la academia azulgrana afrontaron una prohibición de disputar partidos, porque el Barcelona vulneró las disposiciones relativas a la contratación de menores entre 2009 a 2013. La sanción fue impuesta por la FIFA y le impidió al asiático y otros juveniles jugar hasta que fuesen mayores de edad.
El volante de creación al menos pudo entrenarse con el Suwon FC, de su país, además de disputar torneos internacionales con las juveniles de su selección. Cuando cumplió sus 18 años, el 6 de enero de 2016, regresó a España y empezó a jugar en el Barça B, con el que debutó en marzo de aquel año.
Si bien su nivel bajó mucho, se convirtió en un boom en su país y la presión mediática lo llevó a ser convocado por la selección mayor para el Mundial de Rusia en 2018, donde Corea del Sur logró un histórico triunfo ante Alemania, que fue un aliciente ante su temprana eliminación en la fase de grupos.
Con la camiseta de su país es con la que mejor se sintió, ya que en sumando la Sub-17, Sub-20, Sub-23 y la mayor jugó un total de 55 partidos y marcó 24 goles.
A esa altura, el Barcelona ya habÍa prescindido de sus servicios y empezó a terminarse el aura de ser el “Messi coreano”. El club español lo cedió al Hellas Verona de la Serie A de Italia, donde pasó sin pena ni gloria y terminó descendiendo a la Serie B.
En la temporada 2019/2020 pasó al Sint-Truden, donde estuvo hasta el siguiente campeonato, aunque tampoco tuvo continuidad y fue a préstamo al Portimonense portugués, donde tampoco brilló y regresó el club belga.
En el presente campeonato no jugó ni un minuto hasta que esta semana el club y el jugador han decidido la rescisión de su contrato, pese a sus 23 años. En dos temporadas, dejó una opaca marca de 17 partidos jugados y 2 goles anotados.
Aquel niño asiático que sorprendió a todos y generó una revolución en su país, al punto de ilusionarse con tener al sucesor de Messi, a este presente sin perspectivas. Un jugador que encandiló al Barcelona, pero de momento es una estrella fugaz.
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