Xavi Hernández llegó al FC Barcelona a los 11 años. Era entonces 1991 y el adolescente nacido en Tarrasa, Cataluña, logró jugar por el club del que siempre fue fanático. Al menos, ingresar a su cantera. Aunque, como contó en una entrevista a El País de España, Xavi reservó la noticia y se la ocultó a sus amigos de la escuela. El centrocampista no quería que lo mirasen diferente. Tenía miedo. No quería llamar la atención. Eso, sin embargo, no pasó en el campo de juego: Hernández lideró a una generación brillante de jugadores, con Iniesta, Messi, Busquets y Valdés. Esta temporada volvería como técnico al FC Barcelona.
Su debut oficial fue en 1998, con Louis Van Gaal como entrenador. Fue un partido de Supercopa de España frente al Real Mallorca. Entonces Xavi Hernández lucía ser un volante próximo al área rival, alejado de los defensores culés. No podía ser de otra forma, porque el equipo tenía a figuras como Guardiola, Figo, Rivaldo, y otros veteranos más. La visión de Xavi como gestor del mediocampo parecía entonces lejana.
El entrenador oriundo de Países Bajos, Van Gaal, le decía a Xavi en los entrenamientos que era mejor que Zidane. El de Tarrasa, modesto, le agradecía pero le pedía calma, pues nunca se percibió con el talento del francés.
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Cinco años pasaron hasta la irrupción de Ronaldinho al FC Barcelona y la dirección de campo de Frank Rijkaard. El brasileño inyectó al club catalán un aura de alegría por su gambeta y sonrisa pícara, además de sus golazos. La figura de Xavi Hernández, cuestionada por su, para algunos, endeble físico, llenó de críticas al centrocampista. Cuando perdía el FC Barcelona, era Xavi, quien antes fue comparado con Guardiola, el flanco de juicio constante.
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En 2008 la situación del centrocampista cambió. Asumió como técnico ‘Pep’ Guardiola, quien antes ya le había dicho a Xavi, en referencia a la repetida comparación entre ambos, que no hiciera caso a los comentarios. “Para mí fue una losa que se me señalara como su heredero (...) Fue una presión crecer a su lado, pero no por culpa suya”, dijo Hernández en la entrevista ya citada en El País de España.
Frente a la oferta del Bayern Munich, que pretendía contar en ese 2008 entre sus filas con el mediocampista español, Guardiola le dijo a Xavi que no imaginaba un equipo sin él. El de Tarrasa se quedó en el FC Barcelona y comenzaron unos años maravillosos para la institución.
Guardiola promovió del equipo B a jóvenes como Sergio Busquets y Pedro Rodríguez, hizo volver a Gerard Piqué del Manchester United y vendió a figuras recientes como Ronaldinho y el portugués Deco. “(...) Veíamos las cosas igual, entendemos el juego de manera idéntica”, recordó Xavi en la entrevista citada. Ese puente entre ambos permitió que Hernández acatara y comunicara las indicaciones de Guardiola, ahora sí, como líder del centro del campo.
Pensar en esos años ahora que Hernández asumiría la dirección de campo del club es un ejercicio evidente. Xavi es heredero de la mejor generación de futbolistas españoles de la historia (el equipo que integró ganó 1 mundial y dos eurocopas seguidas) y cercano conceptualmente a figuras como Johan Cruyff y ‘Pep’ Guardiola.
En el 2015, el día de su despedida, después de 17 años en el club, Xavi explicó la razón de su ida a Qatar. Su justificación entonces sirve ahora como una suerte de anticipación: “Porque es el momento. Me lo dice la cabeza y me lo avisa el cuerpo. El corazón no, el corazón es del Barça y aquí se queda”.